Amaos los unos a los otros, como Jesús os ama. No tengo nada que añadir al mensaje que Jesús nos dejó. Para poder amar hay que tener un corazón puro y rezar. El fruto de la oración es la profundización en la fe. El fruto de la fe es el amor. Y el fruto del amor es el servicio al prójimo. Esto nos trae la paz. Teresa de Calcuta, agosto 1997.
Pocas semanas antes de morir, la Madre Teresa de Calcuta concedió a la revista brasileña misionera Sem Fronteras la que tal vez fue su última entrevista. A continuación amplios pasajes de la misma.
¿Cuántas son las Misioneras de la Caridad?
Teresa de Calcuta: Tenemos 3.604 hermanas que han pronunciado los votos
religiosos, 411 novicias y 260 aspirantes a religiosas. Estamos esparcidas
en 119 países. Hoy disponemos de 560 tabernáculos o casas.
¿Por qué los llaman "tabernáculos"?
Teresa de Calcuta: Porque Jesús está presente en estas casas. Son casas
de Jesús. Nuestra congregación quiere contribuir a que las personas puedan
saciar su sed de Jesús. Con ello tratamos de rescatar y santificar a los más
pobres de los pobres. Pronunciamos los votos de castidad, pobreza y obediencia.
Pero hemos recibido, además, la autorización especial para hacer un cuarto
voto: ponernos al servicio de los más pobres de los pobres.
Usted suele afirmar que no hay amor sin sufrimiento.
Teresa de Calcuta: Sí, el verdadero amor hace sufrir. Cada vida y cada
relación familiar tienen que ser vividas honestamente. Esto presupone muchos
sacrificios y mucho amor. Pero, al mismo tiempo, estos sufrimientos se ven
acompañados siempre por un gran sentido de paz. Cuando en una casa reina la
paz, allí se encuentran también la alegría, la unión y el amor.
Su congregación ha abierto casas para enfermos de SIDA en diferentes partes del mundo...
Teresa de Calcuta: Hasta hace algunos años, algunas personas llegaban incluso a suicidarse cuando recibían la noticia de que estaban enfermos de sida. Hoy ni un enfermo muere en la desesperación y en la angustia en nuestras casas. Todos, incluidos los no católicos, mueren en la paz del Señor. ¿No cree que esto es maravilloso?
Las reglas de su Congregación indican que
el trabajo por los pobres ha de realizarse tanto "en la esfera espiritual
como en la material". ¿Qué entiende por pobreza espiritual?
Teresa de Calcuta: Los pobres espirituales son los que todavía no han
descubierto a Jesús o los que se han separado de Él a causa del pecado. Los
que viven en la calle también tienen necesidad de ser ayudados en este sentido.
Por otra parte, me hace muy feliz el constatar que, en nuestro mundo, podemos
contar también con la ayuda de gente bien asentada, a quienes ofrecemos la
oportunidad de hacer una obra buena por Dios.
¿Reciben ayuda también de personas de otras
religiones?
Teresa de Calcuta: Sí, de musulmanes, de hindúes, de budistas y de muchos
otros. Hace unos meses, un grupo de budistas japoneses vino a hablar conmigo
sobre espiritualidad. Les dije que ayunamos todos los primeros viernes de
mes y que el dinero que ahorramos lo destinamos a los pobres. Cuando regresaron
a su país, pidieron a las familias y a las comunidades budistas que hicieran
lo mismo. El dinero que recogieron nos ha permitido construir el primer piso
de nuestro centro «Shanti Dan» («Don de Paz») para las muchachas que se encuentran
en la cárcel. Más de cien muchachas han salido ya de prisión.
Quienes la critican aseguran que su único objetivo es convertir a los que no son cristianos
Teresa de Calcuta: Nadie puede forzar o imponer la conversión: tiene lugar sólo por la gracia de Dios. La mejor conversión consiste en ayudar a las personas a amarse unas a otras. Nosotros, que somos pecadores, hemos sido creados para ser hijos de Dios y tenemos que ayudarnos mutuamente para estar lo más cerca posible de Él. Todos nosotros hemos sido llamados a amarle.
Usted dice que sus hermanas no son asistentes
sociales.
Teresa de Calcuta: Somos contemplativas, pues rezamos nuestro trabajo.
Desempeñamos un trabajo social, pero somos mujeres consagradas a Dios en el
mundo de hoy. Hemos confiado nuestra vida a Jesús, como Jesús nos ha dado
su vida en la Eucaristía. El trabajo que realizamos es importante, pero lo
importante no es la persona que hace ese trabajo. Hacemos esto por Jesucristo,
porque lo amamos. No somos capaces de hacer todo. De todos modos, yo rezo
siempre por todos los que se preocupan por las necesidades y miserias de los
pueblos. Muchas personas ricas se han unido a nuestra acción. Personalmente
no tenemos nada. Vivimos de la caridad y por la caridad.
Y de la Providencia...
Teresa de Calcuta: Tenemos que afrontar siempre necesidades imprevistas. Dios es infinitamente bueno. Siempre se preocupa de nosotras.
¿Por qué entran tantas jóvenes en su congregación?
Teresa de Calcuta: Creo que aprecian nuestra vida de oración. Rezamos
cuatro horas al día. Además, ven lo que hacemos por los pobres. No es que
sean trabajos importantes o impresionantes. Lo que hacemos es muy discreto,
pero nosotros lo hacemos por los más pequeños.
Usted es una persona muy conocida. ¿No se
cansa nunca de ver a tanta gente, de las fotografías
?
Teresa de Calcuta: Considero que es un sacrificio, pero también una bendición
para la sociedad. Dios y yo hemos hecho un pacto: le he dicho «por cada foto
que me hacen, Tú encárgate de liberar a un alma del Purgatorio
». Entre
sonrisas, añade, creo que a este ritmo dentro de poco se va a vaciar el Purgatorio.
Recursos sobre la Madre Teresa:
- Su Biografía
- Galería de imágenes
- Oraciones de la Madre Teresa de Calcuta
- Oraciones a la Madre Teresa de Calcuta
- Nobel de la Paz 1979
- Pensamientos
- Su último mensaje
- Testimonios
- El legado de la Madre Teresa para América Latina
- El Papa Juan Pablo II y Teresa de Calcuta
- Homilía del Papa Juan Pablo II en la ceremonia de Beatificación
- Detalles de su beatificación
- Mensaje del Cardenal Angelo Sodano en sus funerales
- Wallpapers
- Tarjetas Virtuales