Eusebio de Cesarea en el capítulo VIII de su libro acerca de los mártires de Palestina, habla del martirio de un gran grupo de cristianos egipcios que habían sido deportados a Palestina. Eran noventa y siete hombres, con sus esposas y sus hijos, a quienes por orden del gobernador Firmiliano torturaron con extrema crueldad: les cortaron los tendones del pie izquierdo y les arrancaron el ojo derecho a todos, para luego ser condenados a trabajos forzados. Viendo este espectáculo algunos cristianos de Palestina se unieron al grupo para ser atormentados, y también un grupo que procedía de Gaza y que habían sido capturados mientras celebraban la liturgia. Eusebio hace hincapié en los que más atrozmente sufrieron, entre ellos “una cristiana, mujer según el cuerpo, pero viril por su valentía y coraje, se encaró con el tirano, por lo que fue flagelada, sometida al tormento del potro, y le rompieron las costillas”. A esta mujer los calendarios posteriores le dan el nombre de Ennata, o Thea, según versiones; y al parecer habría sido amenazada con ser forzada a prostituirse en un lupanar previamente.
Mientras Thea era torturada de este modo, otra mujer, no soportando la visión de este atroz espectáculo, se adelantó hasta el gobernador y empezó a gritarle: “¿Por qué tratas con tanta crueldad a esta mi hermana? ¿Me quieres torturar a mí igual que a esta joven?”. Inmediatamente la empujaron hasta el altar para forzarla a sacrificar, y como diera una patada al brasero y esparciera las brasas por el suelo, la arrojaron y revolcaron sobre ellas, quemándola. Luego las torturaron a las dos juntas y finalmente fueron quemadas vivas. Los calendarios posteriores han dado a esta segunda mujer el nombre de Valentina, “la valiente”.
Eusebio dice que eran dos vírgenes físicamente feas, “más parecidas a varones que a hembras, de aspecto físico despreciable, pero con una firmeza de espíritu superior a la de todos sus compañeros” y recalca que Thea era oriunda de Gaza, pero que Valentina era de Cesarea y además una mujer muy conocida en la ciudad. Ambas fueron quemadas vivas.