Hemos dicho que orar es hablar, conversar con Dios, con Jesús, con la Virgen; por lo tanto pensemos ante todo quiénes son ellos y quién soy yo; enseguida vemos que la oración debe ser humilde y atenta, llena de confianza y perseverante; una y otra y otra vez, sin cansarnos; porque Ellos nos aman y lo pueden todo, y nosotros lo necesitamos mucho.
Jesús nos dice: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá; pues todo el pide; recibe; el que busca encuentra; y al que llame se le abrirá" (Mt 7, 7-9).
Esto quiere decir que el fruto de la oración es seguro, porque tiene la promesa del Señor y nunca es inútil, si pedimos como debemos pedir.
¿Cómo debemos orar?
Debemos orar con humildad, atención confianza y perseverancia.
¿Cómo enseñó Jesús a sus discípulos a orar?
Jesús enseñó a sus discípulos a orar con fe viva y corazón puro, con humildad y constancia, y pidiendo en su nombre.
¿Qué debemos pedir en la oración?
En la oración debemos pedir principalmente la gloria de Dios y su Reinado, el perdón de nuestros pecados, la salvación eterna y por cualquier otra necesidad.
¿Tiene especial eficacia ante Dios la oración litúrgica?
Si, la oración litúrgica tiene especial eficacia ante Dios, porque es la oración pública y oficial de la Iglesia.