Florida nació en Pisa el 11 de noviembre de 1685, de familia noble. Ingresó en las clarisas capuchinas el año 1703, llegando a ser la mejor discípula y compañera de Santa Verónica Giuliani, a la que sucedió en el cargo de abadesa. Se distinguió por su espíritu de oración, su inserción en las tareas sencillas y cotidianas de la vida comunitaria, sus carismas extraordinarios, y por el impulso que dio a su Orden en la observancia fiel de la Regla. Murió el 12 de junio de 1767 en Città di Castello (Perusa). La beatificó San Juan Pablo II el 16 de mayo de 1993.