Señor, Padre Santo,
que en Jesús nos diste tu paz
y por Él nos quisiste conducir a tu corazón
– en este lugar en el que la Virgen María nos invita a la oración por la paz del mundo
Y en el que el Ángel de la Paz nos exhorta a adorar solamente a Dios –,
Nosotros te pedimos que entre los pueblos reine la concordia;
que los responsables de las naciones encuentren caminos de justicia,
que todos alcancemos la paz del corazón
y que, por intercesión de la Reina de la Paz,
seamos constructores de un mundo más fraterno.
Por Cristo, Nuestro Señor.
Amén.