Bendito sea Dios, Padre de
nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo, antes
de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados e irreprochables ante
él por el amor.
Él nos ha destinado en persona de Cristo por pura
iniciativa suya,
a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención, el perdón de
los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar por
Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Cánticos Paulinos - 2
Filipenses
2,6-11
Cristo, a pesar de su condición
divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se anonadó así mismo,
y tomó la condición de esclavo, pasando por
uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una
muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre";
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para
gloria de Dios Padre.
Cánticos Paulinos - 3
Colosenses
1,12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible, primogénito
de toda criatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre
los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso Dios que reconciliar consigo todas
las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz con todos los seres,
así el cielo como de la tierra.
Cánticos Paulinos - 4
1 Timoteo 3-16
Alabad al Señor todas
las naciones.
El se ha manifestado en la carne;
rehabilitado por el Espíritu.
Alabad al Señor todas las naciones.
Ha sido presentado a los ángeles.
Proclamado a todas las naciones
Alabad al Señor todas las naciones.
Se le dio fe en el mundo,
ya fue elevado y glorificado.
Alabad al Señor todas las naciones.