EN EL PRIMER DÍA el ser humano es un pequeñísimo organismo viviente que pesa tan sólo 15 diez millonésimas de gramo. Esta primera célula es un ser humano con identidad propia y con una composición genética distinta de la de su madre. En esa primera célula se encuentran todas las cualidades genéticas del individuo, que van a desarrollarse progresivamente.
AL SÉPTIMO DÍA de concebido, el embrión mide milímetro y medio y emite un mensaje químico que fuerza a la madre a conservarlo, es el niño el que detiene el ciclo menstrual de su madre. El corazón aún no se puede oir pero ya palpita y tiene el tamaño de un grano de trigo aproximadamente.
A LAS DOS SEMANAS, el corazón ya late y el niño tiene los miembros muy pequeños pero esbozados.
A LAS OCHO SEMANAS, el niño mide ya tres centímetros desde la cabeza hasta las caderas, ya posee forma completamente humana, tiene cabeza, brazos, dedos, etc. Tiene incluso las líneas de las manos trazadas.
ENTRE LAS OCHO Y DIEZ SEMANAS, las huellas digitales están ya señaladas, son muy pequeñas. Si se pudiera tomar una fotografía y ampliarla, obtendríamos perfectamente sus huellas y ya se le podría dar su carnet de identidad. Estas huellas ya no cambiarán hasta el final de su vida.
A LAS DOCE SEMANAS, el niño ya es mucho más grande. Si en ese momento se le acariciara el labio superior con un hilo, haría una mueca. Es ya capaz de cerrar los ojos, de cerrar los puños y traga gran cantidad de líquido amniótico porque a los bebés les gusta mucho y lo beben continuamente. Está demostrado que muchos niños tienen hipo porque beben muy de prisa. Es entonces cuando la madre siente sus movimientos.
A LAS 16 SEMANAS, con sólo 12 o 12 ½ milímetros de largo, el niño puede usar las manos para agarrar, puede nadar y hasta dar volteretas.
EL NIÑO DE 18 SEMANAS, es activo y energético, flexiona los músculos, da puñetazos y patea, ahora la madre siente sus movimientos más claramente. Antes del avance de la ciencia se pensaba que en esta etapa, la edad de la "actividad", la vida se iniciaba. Sin embargo, el desarrollo real del niño empezó en la concepción, 18 semanas antes. A partir de este momento, tódo será simple crecimiento y desarrollo, pues el niño está perfectamente formado.
MIENTRAS VA CRECIENDO DENTRO DE LA MADRE, el niño se desarrolla separadamente de ella, con su provisión de sangre individual.
La lógica jurídica a partir de estos hechos científicos nos llevan a concluir que el asesinato del niño no nacido, en cualquiera de sus etapas, constituye un crimen idéntico al asesinato de cualquier ser humano que se encuentra fuera del vientre de la madre, con el agravante de que se trata del ser más indefenso que existe.
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