Cuando Sara Mahoney supo en marzo que se había ganado una beca completa en el Saint Mary College en Notre Dame, ella no celebró con amigos, como es acostumbra entre los jóvenes de su edad, sino que prefirió ir a la Iglesia para agradecer con sus oraciones algo más que una beca que le cubriría cuatro años de matricula y libros.
Sarah nació en agosto de 1981 sin una pierna izquierda y un dedo pulgar izquierdo, y con problemas digestivos severos, todo resultado del síndrome de Vateros.
Superando las expectativas de sus familiares y amigos quienes se preguntaron si realmente ella podría llegar a tener una vida normal, Sarah desarrolla cada día una apretada agenda de actividades en la escuela y en la Iglesia y un programa de trabajo similar al de cualquier persona que cursa la secundaria.
Sarah es el claro testimonio de una voluntad que fortalecida por la fe, sabe enfrentar con heroísmo la adversidad, extrayendo de ella no un motivo para abandonarse, sino un fuerte estímulo para arreciar la lucha por la felicidad y para afianzar su fe.
La heroicidad
Momentos después de que Sarah nació, fue transportada con urgencia al Children's Memorial Hospital en Chicago porque su esófago no estaba conectado a su estómago.
Ésta fue la primera de las numerosas visitas a hospitales que ella tendría que realizar en un futuro, visitas que muchas veces requirieron cirugías, algunas por severas complicaciones, incuyendo un largo tiempo de estadía por recuperación.
Para muchas familias ésta hubiese sido una situación demasiado difícil de superar y manejar , en alguno de los casos hubiese significado el 'rendirse'. Sin embargo, los Mahoney; Sara, su madre Judy, su padre Paul, y la religiosa Shannon, no se rinden tan fácilmente.
"Ellos son una familia fortalecida en la fe" afirmó el P.Gerald Schweitzer, del Sagrado Corazón en Wanatah y St. Martin of Tours en La Crosse, donde Paul y Judy han pertenecido desde que ellos contrajeron matrimonio, en 1978.
El P. Schweitzer comentó que "hay mucho más en Sarah que su discapacidad física" y que "las personas necesitan conocerla, para aprender a mirar más allá de lo exterior, más en profundidad". "Ella es un momento lleno de gracia para nosotros, "declaró el sacerdote al Northwest Indiana Catholic, el periódico de la Diócesis de Gary.
Sentido Salvífico del Dolor
Mientras ella puede recitar de memoria la fecha en que cada una de sus cada una sus cirugías fueron realizadas, y sus respectivas complicaciones, Sarah no se aferra a los recuerdos. Más bien, ella los describe como el motivo que la impulsaron a vivir cada vez más profundadamente su fe.
En lugar de lamentarse con un "Por qué a mi"y quedarse estática pensando en las cosas que pudo haber hecho, Sarah concentra su mirada y sus energías en las oportunidades y el esperanzador horizonte que el Señor ha puesto a su disponibilidad.
"Si usted se queda sentado en casa, usted está optando por quedarse en las cosas malas" afirmó ella.
Fe en la acción
Sandra Holt, maestra de inglés y consejera de la escuela secundaria de Crosse, describe a Sarah como "más madura y más motivada que los otros estudiantes su edad."
Aunque Sara formó parte del equipo de cheerleaders (porristas) de la escuela y es dirigente del equipo del softball, la materia académica son su fuerte.
"Ésa es mi propia competencia", explicó Sarah, "Yo siempre puedo mejorar mi mente".
Durante los años, Sarah se ha vuelto frecuentemente a Dios y ha orado para que el dolor se marche y para que ella y su familia encuentren siempre en Dios el apoyo que necesitan.
Hoy, la vida de Sarah, incuyendo uss oraciones está dirigidas al servicio de los demás.
"Yo oro, pidiendo la bendición de todos aquellos con los que voy a estar en contacto hoy y toda la semana", comentó.
Cuando se refiere a sus futuros estudios, Sarah los proyecta con una visión fundamentada en la fe y el servicio. En este sentido, afirmó que "yo quiero servir donde hay necesidad, brindar cuidado médico a las personas que no pueden permitirse ese lujo."
Sarah atribuye esta combativa y positiva actitud a la educación que le dieron sus padres, quienes nunca quisieron sobreprotegerla ni exagerar en el tema de la invalidez para no causarle un anticipado sentimiento de fracaso y una actitud derrotista."
"Yo amo a mis padres, dijo Sarah, y se los digo todos los días. Continuó explicando que la clave que hizo fuerte su relación con ellos fue la comunicación. "La comunicación es la llave maestra que abre todas las puertas. Si yo no les decía cómo me estaba sintiendo, ellos no lo hubiesen sabido nunca.
Nosotros acostumbramos hablar sobre todo, '' Finalmente Sarah afirma que cuando piensa en su "nunca permanece en las cosas malas. Más bien se centra en lo positivo." "lo malo va venir y encontrarte, tu tienes que encontrar lo bueno''.