De origen italiano y corazón gaucho, el Padre Juan Corti se ha convertido en una de las figuras más representativas de la Iglesia en Argentina al entrar al tercer milenio, no sólo por su singular personalidad sino por la valiosa obra educativa y de asistencia social que ha emprendido en la Patagonia.
En diciembre pasado, el Padre Corti cumplió 51 años al servicio de los argentinos. Este sacerdote salesiano nació el 9 de octubre de 1925 en Galbiate, norte de Italia, y llegó a la Patagonia en diciembre de 1949.
Su labor durante las últimas cinco décadas le ha valido el apelativo el "Cura Gaucho" entre sus feligreses de Comodoro Rivadavia que ya lo ven como una de las "leyendas de la Patagonia".
Fundador de numerosos colegios, iglesias y uniones vecinales, el Cura Gaucho ya fue objeto de un libro escrito por Angelina Covalschi con el título de "Más fuerte que el fuego", el mismo que hace poco fuera usado por la televisión argentina para un documental sobre su intensa vida misional en la Patagonia argentina.
Según él mismo relata, tenía sólo nueve años cuando se manifestó su profunda vocación Salesiana, la pasión por las lecturas de Don Bosco y un sueño que permanentemente lo alentaba: llegar a la Patagonia.
El origen de esta meta se remonta a la fecha en que Don Bosco fue proclamado santo. "El maestro de mi escuela de Galbiate nos llevó a la iglesia, nos formó en fila y cada uno debía darle un beso a la estatua. Yo me quedé último y cuando me tocó a mí, le pregunté a San Juan Bosco: 'Qué querés que haga, señor, y esa 'contestación' la recibí en agosto de 1947 cuando me llegó la orden de los superiores salesianos de viajar a la Patagonia", explica el sacerdote.
El Padre Corti llegó a Argentina con sólo 21 años de edad y después de residir en Córdoba, llegó a Comodoro Rivadavia donde definió su vocación en favor de los niños al constatar que muchos no asistían al colegio porque no había dónde estudiar.
"Los empecé a reunir los sábados y domingos, les daba merienda, los hacía jugar y les tocaba el acordeón", recuerda el sacerdote, que por esos años solía distribuir a sus nuevos alumnos en la nave central de la iglesia y en la sacristía, mientras elaboraba el proyecto de crear un gran colegio que albergara a los numerosos niños de la ciudad.
Fue así que el 9 de agosto de 1970 nació su primera gran obra, el colegio Domingo Savio, considerado como el primer colegio salesiano mixto del mundo.
Otro rasgo importante de este colegio es que fue construido por 32 presos, que por una gestión especial del Padre Corti recibieron mensualmente un sueldo, y cuando finalizó la obra, no solamente recuperaron su libertad por buena conducta, sino que algunos pudieron contar con un buen fondo de ahorros para rehacer sus vidas.
Posteriormente, el sacerdote fundó los colegios Ceferino Namuncurá, San José Obrero, Don Bosco y Juan XXIII, constructor de las iglesias Virgen del Carmen, San Carlos y María Auxiliadora, y fundador de las uniones vecinales de los barrios 9 de Julio, Jorge Newbery, Pietrobelli, Las Flores y Floresta.
Por todas estas razones, al Padre Corti se le considera como una de las personas que más han hecho por convertir a la tierra soñada de Don Bosco, en un país con corazón salesiano.