19-IV-1914: Nace, en Alicante.
1923-1930: Etapa de Lérida: alumno de los Hermanos Maristas y Congregante Mariano.
1930-1935: Etapa de Barcelona: estudia en el Instituto Químico de Sarriá; ingresa en la Federación de Jóvenes Cristianos.
1935: Trabaja como ingeniero en la Casa Cros, de Lérida.
1936 julio: Mientras se halla haciendo el servicio militar lo encarcelan a causa de su militancia católica.
29-IX-1936: El Tribunal Popular de la Paería de Lérida lo condena a muerte porque se declara católico; es fusilado a media noche, en el cementerio de Lérida, junto con otros compañeros soldados, y católicos como él.
Todavía viven algunos que conocieron a Francisco.
Era un joven de muy buena presencia. Cuando niño, dicen que tuvo un temperamento fuerte. Su padre murió cuando él acababa de nacer; y su madre, maestra muy cristiana, cuando, adolescente, estudiaba en Lérida.
-Dilo de una vez, ¿tú eres católico?
-Lo soy. Y me glorio de ello.
En Barcelona, fue aplicado y tenaz. El padre Galán, jesuita y compañero de estudios, influyó en él eficazmente. El joven piadoso se convirtió en un cristiano de primera línea. Fue un fejocista abnegado, optimista y contagiador de entusiasmos; un verdadero seguidor de Cristo, cobijado por el manto de la Virgen María.
Francisco sirvió a la sociedad como ingeniero solícito por los trabajadores de la fábrica Cros y lleno de afanes por el perfeccionamiento de la técnica. Sirvió a la Iglesia como catequista y pedagogo, promotor de los Ejercicios Espirituales entre los jóvenes, y reclutador de fejocistas (tal era la abreviación popular que daban a los miembros de la Federació de Joves Cristians de Catalunya).
Francisco amaba apasionadamente a su prometida, María Pelegrí. ¡Cuánta elevación de sentimientos en la carta de despedida de su Mariona, el 29 de setiembre, poco antes del momento supremo del martirio!
Corona de toda esta vida son los últimos meses que pasó en la cárcel. Y sobre todo la sesión del Tribunal Popular, instalado en la histórica Paería.
-Dilo de una vez, ¿tú eres católico?
-Lo soy. Y me glorio de ello.
Lo condenaron a muerte.
Los cristianos de hoy y de mañana lo recordarán siempre, mientras lo llevan al sacrificio cantando junto con los otros el "Creo en Dios, Padre todopoderoso...".
Francisco era de raza evangélica, como San Esteban. «Yo os perdono», dijo a los verdugos, medio minuto antes de que le arrebataran la vida, la corporal ... ; porque la del alma no os la podrán arrebatar, como dijo Jesús a sus discípulos.