El beato Crescencio García Pobo nació el 5 de abril de 1903 en el pueblecillo turolense de Celadas. Tras fallecer su padre, es internado en el Asilo San Nicolás de Bari, Teruel, regentado por los terciarios capuchinos. Con en el tiempo, Crescencio siente la llamada del Señor a la vida religiosa.
El 15 de septiembre de 1921, festividad de la Virgen de los Dolores, emite sus primeros votos como religioso amigoniano y, en la misma festividad, seis años más tarde profesa perpetuamente. La ordenación sacerdotal la recibe de manos del Venerable Luis Amigo, su Padre Fundador, en Godella (Valencia) el 16 de septiembre del año siguiente.
Su ministerio sacerdotal lo desarrolla generalmente en escuelas de reforma, llevando a la práctica el mandato del Señor de ir en pos de la oveja descarriada hasta devolverla al aprisco del Buen Pastor. Los primeros días de julio de 1936 regresa de la Casa Tutelar Nuestra Señora de Covadonga, en Asturias, al Reformatorio del Príncipe, en Carabanchel Bajo-Madrid, en cuyo centro le sorprende a los pocos días la contienda civil española.
Iniciada la guerra el P. Crescencio halla piadosa acogida en la pensión de doña Pilar Torres, en plaza del Ángel 3, de Madrid, donde se hace pasar por estudiante de medicina. Detenido el dos de agosto de 1936 en la calle Carretas, y descubierto sin documentación alguna, fue detenido y llevado a la Dirección General de Seguridad primero, y a la cárcel de Ventas después. Con fecha 3 de agosto hay una "orden de la checa de Fomento para que fuesen entregados a sus agentes varios presos (entre ellos el Siervo de Dios) que inmediatamente fueron asesinados".
El P. Crescencio era de mediana estatura, cara redonda, moreno, joven. De carácter alegre, se mostraba como extrovertido, Sin embargo su interior era sencillo, humilde, mortificado y buen religioso.
Espíritu ordenado y metódico, se distinguió especialmente por su entrega generosa y sacrificada a la recuperación personal y reinserción social de los jóvenes con problemas.