Siervo bueno y fiel (Mt 24,45)
El P. Paco representa la bondad y la servicialidad en persona. Piadoso instrumento para que personas pudientes ejercitasen la caridad entre los pobres de Híjar, a quienes el Padre tenía en gran consideración y les ayudaba en todo lo que podía. Profesor estimado y escritor popular bien valorado, fue a la vez un director espiritual que benefició a muchas almas. De escasa salud aprovechaba el verano para reponerse junto a su anciana madre. Hombre de bien, que tanto bien había hecho a otros, sin embargo fue detenido. Doce horas en la cárcel le prepararon para el martirio y despedirse de su madre como «tu hijo en agonía».
Pesado y enfermo, su camino al martirio fue de heroica elocuencia. A los culatazos y empujones, caídas y esfuerzos para poder andar, blasfemias, burlas e insultos, respondía él rezando el Rosario en voz alta. Al llegar al lugar del sacrificio pidió poder terminar el Rosario y morir de frente, perdonando y bendiciendo a sus enemigos. Curiosamente se le concedió todo. Se puso el Rosario dentro de la boca, abrió los brazos en cruz y dijo: «Ya podéis disparar». Una descarga fulminante fue suficiente.