En su discurso
ante la XXVI Sesión Especial de la Asamblea general
de la ONU, Mons. Javier Lozano Barragán, Presidente
del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, manifestó
que la prevención del SIDA se debe realizar respetando
la dignidad del hombre y su destino trascendente.
En su intervención Mons. Lozano Barragán explicó que frente al mal del SIDA "son dos las acciones que se exigen: prevenirlo y curarlo. Las dos son de suma importancia, pero vale más prevenir que remediar" y agregó que "en cuanto al SIDA que se transmite sexualmente la prevención más profunda y a la vez más eficaz es la formación en los auténticos valores de la vida, el amor y el sexo".
El Prelado explicó que está comprobado que las libertades sexuales aumentan el peligro de contagio por lo que se hace necesario que "se entienden los valores de la fidelidad matrimonial y de la castidad. Así, la prevención y la información que conlleva, se realizan respetando la dignidad del hombre y su destino trascendente, excluyendo campañas que impliquen modelos de comportamiento que destruyan la vida y favorezcan la extensión del mal".
Mons. Lozano Barragán también se refirió a las condiciones de miseria que condicionan el contagio de esta enfermedad, de modo que "para combatir aquella será decisiva una mayor justicia social internacional, que desplace la economía como horizonte exclusivo de una globalización salvaje".
El Prelado recordó que el Papa exhorta a los diversos Gobiernos y a la comunidad científica a continuar la investigación sobre la enfermedad y expresó su preocupación porque en muchos países es imposible el cuidado de los pacientes de SIDA debido a los altos costos de los medicamentos patentados.
También se refirió a trabajar por una mayor efectividad en la lucha contra el SIDA y destacó que la Santa Sede sugiere:
Dedicar presupuestos suficientes para combatir este flagelo
Incrementar la educación escolar y extra escolar de los valores de la vida, del amor y del sexo, así como insistir en la igualdad del hombre y la mujer
Eliminar toda forma de discriminación de los enfermos de SIDA
Apoyarlos espiritualmente
Recomienda multiplicar los centros para su debida atención
Informar y educar adecuadamente
sobre el SIDA
El Prelado concluyó
que hay que "pedir a los países industrializados
que, evitando toda forma de colonialismo, ayuden en esta
campaña a los países que lo necesiten; erradicar
la explotación sexual especialmente la ligada al
turismo o a las migraciones; abaratar al máximo los
medicamentos antiretrovirales para el SIDA".
Respuesta católica
Tras recordar que hasta la fecha 36.1 millones de personas han quedado contagiadas por el VIH/sida, Mons. Lozano señaló que hasta la fecha han fallecido a causa de la pandemia 21.8 millones de personas, de las cuales, 15 millones son africanos; mientras que son 13.2 millones los huérfanos.
Ante este trágico panorama, recordó que "el Papa en diferentes ocasiones, ha afirmado que el enfermo de Sida debe ser objeto de toda asistencia y de todo respeto", más aún, "debe ser tratado como Cristo mismo".
En respuesta al llamado del Papa, el 12% de quienes se ocupan de los enfermos de Sida en el mundo son organismos eclesiales católicos y el 13% son organizaciones no gubernamentales católicas. De este modo, Mons. Lozano concluyó que la Iglesia católica atiende a un 25% de los enfermos del Sida, acreditándose "como el mayor sostén de los Estados en la lucha contra el SIDA".