23 de febrero
SAN PEDRO DAMIAN, Cardenal y Obispo de Ostia, Doctor de la Iglesia
Nació en Ravena y fue una de esas figuras severas que, como San Juan Bautista, surgen en las épocas de relajamiento para apartar a los hombres del error y traerles de nuevo al estrecho sendero de la virtud. Debido a la prematura muerte de sus padres, el santo fue criado por su hermano, convirtiéndose en un excelente discípulo, y más tarde en un profundo servidor de Cristo. Pedro decidió abandonar el mundo exterior y abrazar la vida religiosa en otra región, entrando al convento de Fonte Avellana, comunidad de ermitaños que gozaba de gran reputación.
Allí se dedicó a la oración, lectura espiritual y estudios sagrados, viviendo con gran austeridad. Pese a su negativa, Pedro asumió la dirección de la abadía en 1043 gobernando con gran prudencia y piedad. Fundó otras cinco comunidades de ermitaños, donde fomentó entre los monjes el espíritu de retiro, caridad y humildad y además estuvo al servicio de la Iglesia, siendo nombrado Cardenal y Obispo de Ostia en 1057. San Pedro escribió varios documentos que ayudaron a mantener la observancia de la moral y de la disciplina, particularmente en lo que se refiere a los deberes de los clérigos y monjes. A pesar de su severidad, el santo sabía tratar a los pecadores con bondad e indulgencia, cuando la caridad y la prudencia lo pedían. Murió el 22 de febrero de 1072.
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