La beata María Margarita, fundadora de las Franciscanas Mínimas del Sagrado Corazón, se distinguió por su espíritu de oración y de reparación, y por su intensa dedicación a las obras de misericordia en el campo de la enseñanza y la asistencia social.
María Margarita Caiani (en el siglo, María Ana Rosa) nació en Poggio Caiano, diócesis de Pistoya (Italia), el 2 de noviembre de 1863. Hija de Jacopo (cerrajero y fontanero en la villa Medici) y Luisa Fortini. Fué la tercera de cinco hermanos.
Marianna (como se le llamaba de cariño en la familia) fue bautizada en la Iglesia de Santa María de la Asunción en Bonistallo. Desde la infancia mostró una inclinación especial a la oración y a la práctica de la caridad.
Su hermano menor, Gustavo, estuvo enfermo durante siete años a causa de una fractura de cadera; ella lo cuidó hasta su muerte, a la edad de 11 años. A partir de este acontecimiento tan importante en su vida, Marianna empezó a cuidar y ayudar a la gente. Años más tarde, otra tragedia alcanzó a la familia: fallece repentinamente James, su padre, por lo que Marianna tuvo que ayudar a su hermano Oseas en una tienda de tabaco. Seis años después fallece su madre.
En 1893 entró con una amiga en el monasterio de las benedictinas de Pistoya, pero salió para atender a un enfermo grave, que rechazaba los sacramentos. Se dedicó a la educación e instrucción de los niños. Abrió una escuela, donde con una amiga enseñaba a los muchachos y muchachas los primeros rudimentos del saber y la doctrina cristiana.
El 6 de noviembre de 1896 María Ana Rosa y dos jóvenes más dejaron sus casas para vivir en comunidad y dedicarse a la santificación propia, atender a la catequesis, al apostolado y a la enseñanza en la escuela, asistir a los enfermos y a los moribundos. En 1901 escribió las primeras constituciones. El 15 de Diciembre de 1902 Marianna junto a cinco chicas vistieron el hábito religioso y María Ana Rosa tomó el nombre de sor María Margarita del Sagrado Corazón y fundó el Instituto de Min Hermanas del Sagrado Corazón.
Pocos meses antes de morir la fundadora, la congregación fue agregada a la Orden Franciscana. Falleció el 8 de agosto de 1921 en Florencia, a ola edad de 58 años en el Monasterio de los Capuchinos de Montughi. El instituto contaba ya con más de doscientas religiosas distribuidas en 21 casas.
La Madre María Margherita Caiani fue beatificada por San Juan Pablo II el 23 de abril de 1989.