Sábado 22 de Abril de 2017

Jesús que había resucitado a mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios. Ella fue contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba visto y que lo había visto, no le creyeron. Después se mostró con otro aspecto a dos de ellos que iban caminado hacia un poblado. Ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco les creyeron. Enseguida se apareció a los once mientras estaban comiendo y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes les habían visto resucitado. Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Noticia a toda la creación.

Comentario:

Hoy vemos en este pasaje del evangelio lo duros de corazón de los apóstoles, qué difícil se les hacía creer, que difícil se les hacía asimilar la notica de la resurrección de Jesús y esto es lo que nos señala el pasaje del día de hoy.

Primero no creen al testimonio de esta mujer, de María Magdalena que les anuncia el encuentro con el señor Jesús resucitado, no le creen. Y luego los discípulos de Emaús tampoco creen en el testimonio que se han encontrado con el Señor resucitado. Finalmente Jesús se aparece a los once y les echa en cara su incredulidad, pero lo curiosos es que a pesar de esta incredulidad inicial que demuestran, a continuación el Señor Jesús los envía a dar testimonio de la buena noticia que Él ha venido a comunicarnos a toda la creación.

Y creo que es importante recordar lo que Jesús nos dice hoy porque esos apóstoles definitivamente en un momento se rindieron, ellos se rindieron a su necedad y a su incredulidad y le dijeron que si a Jesús. Porque el Señor no llama a personas que sean perfectas, el Señor nos llama también a nosotros a los pecadores a los incrédulos a ser testigos suyos, solo necesita que en un momento nos rindamos y digamos: Señor voy a dejar mi necesidad y poner mi vida en tus manos.

Porque la fe no es simplemente creer en una doctrina o en unos principios; la fe es creer a alguien, creer en Jesús es ser testigos de habernos encontrado con él y eso es lo que hacían los apóstoles, no podían dejar de hablar de aquello que habían visto y habían oído.

Aunque también en alguna etapa de nuestra vía nosotros podamos haber sido incrédulos hayamos podido poner en duda las cosas de Dios. Si el día de hoy nuestro corazón está más abierto, no tengamos miedo de ser sus testigos, no tengamos miedo de ir al mundo entero y predicar la buena noticia a toda la creación.

P. Juan José Paniagua