San Marcelino,
que a lo largo de tu vida
fuiste un hombre fiel a tus raíces,
a tu tierra,
a tu familia,
a la sociedad
ayúdanos a convertirnos en personas útiles
a nuestra tierra y a nuestra gente.
Ilumina con tu ejemplo
nuestra sensibilidad y respuesta.
Que, como tú,
descubramos lo que nuestros familiares,
los miembros de nuestra comunidad,
nuestros vecinos y amigos desean y necesitan.
Ayúdanos a ser decididos,
generosos en la entrega
y profundos en imaginación,
para bien de nuestro pueblo,
en fidelidad al Evangelio de Jesús.
San Marcelino, que como tú,
sepamos ser universales en el afán
y concretos en el servicio.
Amén