Glorioso y venerado San Damián:
Sois modelo y patrono de los leprosos.
Por vuestro amor os entregasteis en cuerpo
y alma al cuidado de los leprosos de Molokai.
Yo, impulsado por la confianza que me inspira
tu valimiento poderoso ante Dios
y tu caridad hacia los más necesitados,
acudo a ti.
Llena mi corazón de amor hacia los más necesitados,
alcánzame un gran espíritu de fe,
saber aceptar y ofrecerte todas las contrariedades.
Amén