Dios nuestro, que, después de haber infundido
en abundancia la fe y el Espíritu Santo en San Bernabé,
lo destinaste para que anunciara a los pueblos paganos
el mensaje de salvación, haz que el Evangelio de Cristo,
que él predicó valerosamente, sea proclamado con
fidelidad por nuestras palabras y nuestras obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.