Tomado del Misal Diario de Dom Gaspar Lefevbre O.S.B.
Desclée de Brouwer y Cía. Brujas Bélgica 1953
El tiempo de Pasión se refiere especialmente al tercer año del ministerio de Jesús y a los últimos sucesos de su vida mortal. Segundo año: después de curado el hijo de la viuda de Naím, Persona Jesús a María Magdalena, la pecadora que no temió postrarse a los pies de Jesús, sentado a la mesa en casa de Simón el Fariseo. Tercer año: después de la Transfiguración Jesús se fue a Cafarnaum, y de allí volvió en seguida a Jerusalén, para la fiesta de los Tabernáculos, la Escenopegia. Entonces declaró ser Él mismo “a fuente de aguas vivas” que refrigera las almas y predijo su próxima muerte. El día siguiente a esas fiestas dio a los judíos pruebas palmarias de su divinidad; pero ellos intentaron apedrearle. De nuevo en Galilea, regresó Jesús otra vez a Jerusalén en invierno, con ánimo de celebrar allí la Dedicación del templo. Los Judíos quisieron también apedrearle, diciendo que era un blasfemo, pues que pretendía ser uno con el Padre celestial.
Habiendo salido Jesús para Perea fue llamado a Betania donde resucitó a Lázaro; prodigio que le mereció la universal celebridad entre los judíos, hasta que, no pudiendo sus émulos retener más su envidia, resolviéronse definitivamente a darle muerte; y entonces fue cuando Jesús se refugió en Efrén. Seis días antes de la Pascua volvió a Betania donde María Magdalena derramó aceite perfumado sobre sus pies para embalsamarle.
La gran Semana. El día siguiente entró triunfalmente Jesús en Jerusalén, saliendo de la ciudad por la tarde para volver a ella el día siguiente, que es el Lunes santo, en que tuvo en el Templo una entrevista con los Gentiles. El Martes Santo salió al atardecer al monte de los Olivos, y entonces predijo a los apóstoles su Pasión ya próxima; mas no volvió a Jerusalén hasta el Jueves por la tarde, para celebrar la Cena. Finalmente, fue crucificado el Viernes fuera de las puertas de la ciudad, sobre el cerro llamado Gólgota y el mismo día fue sepultado, resucitando glorioso al amanecer del Domingo siguiente.
Transcrito por José Gálvez Krüger para ACI Prensa