Domingo 14 de mayo de 2017


Evangelio Juan 14, 1.12

1 «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.
3 Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.
4 Y adonde yo voy sabéis el camino.»
5 Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
6 Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.
7 Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»
8 Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
9 Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?
10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.
11 Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras.
12 En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre.


Meditación:

Hay una expresión antigua que dice: "todos los caminos llevan a Roma". Cualquier camino del antiguo imperio te llevaba a la capital. ¿Podemos decir lo mismo en esta vida? ¿Que todos los caminos te llevan por igual a Dios? ¿Son todos son equivalentes, igual de buenos?

Hoy es difícil hablar de la verdad. Al mundo no le gusta escuchar eso porque suena muy impositivo, intolerante. Hoy mejor suena decir que nadie tiene una verdad universal y común para todos, sino mejor que hay diversidad de opiniones y cada uno tiene su propia verdad. Y todas las verdades son igual de válidas, equivalentes, no importa que una se contradiga con la otra, que sean incompatibles. Todas son buenas al mismo tiempo y hay que aceptarlas todas por igual, hay que ser "tolerantes". ¿Qué nos dice Jesús al respecto?