1.- Concilio Vaticano II:
"Es el don más grande que el Señor ha ofrecido a su Esposa, la Iglesia permanente... Es compendio de las palabras, vida y obra de Jesús, ofrecida al Padre por nosotros... Es gloria de su Cuerpo Resucitado... Es fuente, centro y culmen de la vida cristiana".
2.- San Juan XXIII:
"La Eucaristía, infundiendo en el corazón del hombre una nueva energía -el amor sobrenatural-, refuerza, encauza y purifica el afecto humano, haciéndolo más sólido y más auténtico. Cuando tiene a Dios en su pecho, todo el hombre queda armonizado en sí mismo... En el sacramento divino, el Señor está sumido en el silencio para escucharnos".
3.- San Juan Pablo II:
"La Eucaristía es misterio de fe, prenda de esperanza y fuente de caridad con Dios y entre los hombres".
4.- Santa Teresa de Jesús:
"Hele aquí compañero nuestro en el Santísimo Sacramento, que no parece fue en su mano apartarse de nosotros un momento".
6.- Santa María Micaela del Santísimo Sacramento:
"No deseo nada ni me siento apegada a nada más que a Jesús Sacramentado. Pensar que el Señor se quedó con nosotros me infunde un deseo de no separarme de El en la vida, si ser pudiera; y de que todos lo conociesen y amasen. Seamos locos de amor divino y no hay nada que temer".
7.- Santa María Bertila Boscardín:
"La fuerza del Sacramento me alcanza siempre y en todas partes para que yo me comporte con responsabilidad... Porque yo siento necesidad de estar un rato con nuestro Señor".
8.- Santa Teresita de Lisieux:
"¡Oh Jesús, Viña Sagrada!,
lo sabes, mi Rey divino,
soy un racimo dorado
que han de arrancar para ti.
Exprimida en el lagar
del oscuro sufrimiento,
yo te probaré mi amor.
Mi único gozo será
inmolarme cada día".
9.- Beato Manuel González García:
"Pido ser enterrado junto a un sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No dejadlo abandonado!"
10.- Sobre la Virgen María y la Eucaristía:
"Por eso yo llamaría maná a la misma María, porque derramó sobre todos los pueblos un manjar más dulce que la miel". (San Máximo de Turín)
"Por tanto, el que desee gustar de la dulzura escondida en el sacramento del altar y acercarse dignamente a este mismo sacramento, ha de disponerse invocando el nombre de la Virgen María". (San Buenaventura)
"Os deseo la alegría de la Virgen que por ser humilde de corazón pudo guardar a Jesús nueve meses en su seno. ¡Qué larga comunión!" (Beata Madre Teresa de Calcuta)
ESTOS TEXTOS HAN SIDO INSPIRADOS EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Segunda parte, segunda sección, capítulo primero, artículo tercero