Cuarto día de la Novena a San Pedro Claver

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Oración Inicial

Te damos Gracias Oh Dios, que creaste al hombre a tu
imagen y semejanza para que viviera en este mundo como hijo
tuyo, y lo redimiste con la sangre preciosa de tu
Unigénito, para que gozara de Ti para siempre. Te damos
Infinitas gracias por tantos beneficios y por haber dado a
todo el mundo a San Pedro Claver, que tanto contribuyó
con sus fatigas para que los hombres te conocieran y
amaran sinceramente.
Te ofrecemos los méritos de este siervo,
fiel imitador de los ejemplos
de nuestro divino Redentor, y te pedimos que nos concedas
por su intercesión que libres de la esclavitud del pecado nos
preocupemos en tu servicio y en la práctica de las virtudes
cristianas, a fin de que dando testimonio de ti con el amor,
la misericordia y el servicio a los demás, podamos algún día
con todos tus hijos fieles, gozar de ti en el cielo y alabarte
eternamente. Amen.

CONOCIENDO SU HISTORIA

La llamada de América
Comenzaba su segundo año de estudios teológicos, cuando
el provincial accediendo a su deseo, le destinó el 23 de
enero de 1610, a las misiones transoceánicas de Nueva
Granada. Sin despedirse de su familia se fue a pie a
Valencia y luego a Sevilla, de donde zarparía en la flota de
galeones en compañía del padre Mejía y dos jóvenes
sacerdotes.

Después de una primera toma de contacto con la plaza
fuerte de Cartagena de Indias, hervidero de negreros,
piratas e inquisidores, se trasladó, en un lento viaje en
champán por el río Magdalena y luego a lomos de mula,
hasta Santa Fe de Bogotá, donde no estaban aún
organizados los estudios de teología, lo que Pedro
aprovechó para servir como hermano coadjutor.
El clima de Bogotá no le sentaba bien, ya que el sol dañaba
su salud. Una vez concluidos brillantemente sus estudios en
el Colegio y Seminario de San Bartolomé, fue destinado al
noviciado de Tunja, en tierra adentro, para hacer su “tercera
probación”, el año que los jesuitas dedican a la
espiritualidad tras su formación intelectual. Seguía dudando
si hacerse sacerdote. Tanto, que le pidió al provincial que le
permitiera seguir de hermano portero, oficio que ejercía en
Tunja.

Cuarto Día: La Justicia

Ver: La justicia la definen los romanos como “dar a
cada quien lo que le corresponde”. Después de tantos
siglos de conocer y aceptar esa definición aún no se logra
hacer realidad. Priman los intereses personales egoístas y
se les quita lo que le corresponde a los demás, sobre todo a
aquellos más necesitados y vulnerables. De igual manera
las normas de vida las hemos vuelto relativas cuando se
aceptan o siempre se busca la manera de incumplirlas
siguiendo la vía de la ilegalidad. Generando una cultura de
irresponsabilidad e ilegalidad en nuestra sociedad.

Amós 5,10.12.13
“¡Ay de ustedes, que transforman las leyes en algo tan
amargo como el ajenjo y tiran por el suelo la justicia!
Ustedes odian al que defiende lo justo en el tribunal y
aborrecen a todo el que dice la verdad. Yo sé que son
muchos sus crímenes y enormes sus pecados, opresores
de la gente buena, que exigen dinero anticipado y hacen
perder su juicio al pobre en los tribunales. Busquen el bien,
no el mal y vivirán y estará realmente con ustedes el
Señor”. Palabra de Dios.

San Pedro Claver manifiesta que su llamado surge de una
manera inesperada en la vida, nunca se imaginó que Dios
lo tenía para tal misión, pero él fue capaz de responder a
ese llamado de una manera desinteresada dejándose
moldear por el Señor, poniendo al servicio de los esclavos
todo su amor, toda su vida, todo lo que Dios mismo le había
otorgado, eso sí bajo la condición de llegar a ser humilde y
de reconocer que lo que era, lo era por Dios que lo conocía
bastante, lo suficiente como para él agrandarse y creerse
autosuficiente cuando en realidad como él decía: era una
miseria; es así como se convierte en ejemplo y modelo de
santidad al servicio de los que más lo necesitan.
¿Soy humilde para con los demás?, ¿Por qué crees que no
lo eres?, ¿qué debes hacer para comenzar a serlo como
San Pedro Claver?
Actuar: Hacerle un favor a otra persona.

Rezar Padre nuestro, Ave María y Gloria.

GOZOS

Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
A ti San Pedro Claver patrono de los esclavos,
nos encomendamos en tus santas manos,
que al ver tú llegar la esclavitud a nuestras vidas
nos socorras siempre presto a salvar nuestras familias.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
Esclavo de los esclavos, es el título que te dan
a ti San Pedro Claver, todo un santo de verdad.
Pues fuiste a Cartagena, no precisamente a pasear, sino a ver aquellos negros
que Dios te había de encomendar.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
Quizás no te podamos definir San Pedro, en un sólo valor:
humildad coraje y valentía los llevas en el corazón
!Eso sí, está claro¡ te los dió Dios, nuestro Señor.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
A los esclavos te presentaste y a ellos quizás asustaste,
porque no habían conocido
tanto amor en cualquier parte
a ti Santo milagroso, santo de la humildad
hoy y siempre te pedimos que nos ayudes cada día más.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
Tuvistes muchos enemigos, humillaciones y obstáculos, pues trabajabas de corazón
y no hacías espectáculos.
Tu misión no tiene fronteras ni tampoco color
pues sabes que todos somos la gran familia de Dios.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.

Oración Final

Oh. Dios, que con el fin de llevar el evangelio a los esclavos
Negros, dotaste a San Pedro Claver de admirable amor
y paciencia; concédenos por su intercesión y ejemplo,
que superemos todas las discriminaciones sociales,
y amemos a todos los hombres con sincero corazón.
Por Jesucristo nuestro Señor…
Amen