En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Oración Inicial
Te damos Gracias Oh Dios, que creaste al hombre a tu
imagen y semejanza para que viviera en este mundo como hijo
tuyo, y lo redimiste con la sangre preciosa de tu
Unigénito, para que gozara de Ti para siempre. Te damos
Infinitas gracias por tantos beneficios y por haber dado a
todo el mundo a San Pedro Claver, que tanto contribuyó
con sus fatigas para que los hombres te conocieran y
amaran sinceramente.
Te ofrecemos los méritos de este siervo,
fiel imitador de los ejemplos
de nuestro divino Redentor, y te pedimos que nos concedas
por su intercesión que libres de la esclavitud del pecado nos
preocupemos en tu servicio y en la práctica de las virtudes
cristianas, a fin de que dando testimonio de ti con el amor,
la misericordia y el servicio a los demás, podamos algún día
con todos tus hijos fieles, gozar de ti en el cielo y alabarte
eternamente. Amen.
CONOCIENDO SU HISTORIA
Leprosos e inquisidores
Su afecto a los negros se extendía a su defensa frente a
sus amos, como atestigua la negra Isabel Folupo. Cuando
sabía que alguno flagelaba a sus esclavos, se presentaba
en la casa y con súplicas o con autoridad les pedía que no
los azotaran. Su confesionario estaba reservado para los
negros, mientras que grandes personajes de la ciudad
tenían que hacer cola detrás de ellos si querían confesarse
con el jesuita.
De su predilección por los enfermos daba testimonio un
pobre negro que vivía en una choza junto a la muralla o una
ciega que visitó fielmente en su bohío durante diez años.
Durante la peste de la viruela que se cebó en Cartagena en
1633 y 1634 se multiplicó para atender a los damnificados
hasta agotar a dos y tres de sus compañeros. Su manteo
servía de vestido para los desnudos recién llegados, de
almohada y de cama para los enfermos. En vísperas de
Pascua reunía a todos los negros de la ciudad para que
cumplieran el precepto, los confesaba, les daba la
comunión y él mismo les servía un modesto desayuno.
Además acudía regularmente a la leprosería, hospital de
San Lázaro, cuidada por los Hermanos de San Juan de
Dios. Allí barría, arreglaba las camas, daba de comer a los
enfermos y les llevaba pequeños frascos de licor.
Conseguía mosquiteros, limosnas, medicinas y comida para
aquel pobre hospital que era un conjunto de bohíos que
llegó a albergar hasta setenta leprosos. Los días de fiesta
les llevaba una comida más fina y una banda de música.
Octavo día: La Tolerancia
Ver: Hoy día vemos como los índices de intolerancia
van creciendo en todos los ambientes: en la familia los
padres poco comprensivos con los hijos, los hijos no
escuchan a sus padres; en las instituciones crece el
maltrato y la brusquedad entre compañeros. En los barrios
la intolerancia ha llevado a que se le quite la vida a otra
persona, olvidando el valor y la dignidad de la misma.
Mateo 5,38-42
"Ustedes han oído que se dijo: 'ojo por ojo y diente por
diente'. Yo les digo que no pongan resistencia al que les
hace el mal. Antes bien, Si uno te da una bofetada en tu
mejilla derecha, ofrécele también la otra. Al que quiera
ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también el manto.
Y cualquiera que te obligue a ir un kilómetro, ve con él dos.
Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le
vuelvas la espalda. Palabra del Señor.
Cristo envió a su Iglesia a anunciar el Evangelio a todos los
hombres y a todos los pueblos. Puesto que cada hombre
nace en el seno de una cultura, vemos como San Pedro
Claver busca alcanzar con su acción evangelizadora no
solamente al individuo si no a la cultura de un pueblo:
Cartagena. San Pedro Claver, comprendió la grandeza de
seguir a Cristo, trata de alcanzar y transformar, con la
fuerza del Evangelio, los criterios de juicio, los valores
determinantes, los puntos de interés, las líneas de
pensamiento, las mentalidad de aquel entonces y los
modelos de la vida en la humanidad de quienes parecieran
no tenerla, que están en contraste con la Palabra de Dios y
con el designio de salvación.
¿De qué manera soy comprensivo con los demás?
Actuar: Hoy voy a pedirle perdón a un familiar,
amigo o vecino que haya ofendido.
Rezar Padre nuestro, Ave María y Gloria.
GOZOS
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
A ti San Pedro Claver patrono de los esclavos,
nos encomendamos en tus santas manos,
que al ver tú llegar la esclavitud a nuestras vidas
nos socorras siempre presto a salvar nuestras familias.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
Esclavo de los esclavos, es el título que te dan
a ti San Pedro Claver, todo un santo de verdad.
Pues fuiste a Cartagena, no precisamente a pasear, sino a ver aquellos negros
que Dios te había de encomendar.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
Quizás no te podamos definir San Pedro, en un sólo valor:
humildad coraje y valentía los llevas en el corazón
!Eso sí, está claro¡ te los dió Dios, nuestro Señor.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
A los esclavos te presentaste y a ellos quizás asustaste,
porque no habían conocido
tanto amor en cualquier parte
a ti Santo milagroso, santo de la humildad
hoy y siempre te pedimos que nos ayudes cada día más.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
Tuvistes muchos enemigos, humillaciones y obstáculos, pues trabajabas de corazón
y no hacías espectáculos.
Tu misión no tiene fronteras ni tampoco color
pues sabes que todos somos la gran familia de Dios.
Oh San Pedro Claver intercede por nosotros sedientos de Dios.
En tus manos nos abandonamos con anhelos de liberación.
Oración Final
Oh. Dios, que con el fin de llevar el evangelio a los esclavos
Negros, dotaste a San Pedro Claver de admirable amor
y paciencia; concédenos por su intercesión y ejemplo,
que superemos todas las discriminaciones sociales,
y amemos a todos los hombres con sincero corazón.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amen