Por: Dr. Luis E. Ráez
Levonorgestrel (LNG) es uno de los «anticonceptivos» más populares en Estados Unidos y Latinoamérica. En los últimos tiempos, altas dosis de esta droga se presentan como «anticoncepción de emergencia», es decir como medio para que una mujer que cree estar embarazada detenga el proceso. En Estados Unidos, donde todas las drogas tienen que ser aprobadas por laFood and Drug Administration (FDA), se reconoce abiertamente que el LNG tiene efectos anticonceptivos pero también puede impedir que el embrión formado se implante en el útero (efecto abortivo).
En Latinoamérica, especialmente en Perú, Chile y Ecuador, los gobiernos han empezado a usar esta droga como «bandera» de nefastas políticas de control de población engañando a la gente a todo nivel. Con el fin de difundir su uso masivo, se miente a los pobladores negando que la píldora pueda ser abortiva.
Este asunto es muy delicado y absurdo. El uso de un abortivo es siempre un crimen, pero la situación se agrava cuando se miente a la gente, minusvalorándola o tratándola de ignorante. Como peruano, fue vergonzoso ver en los medios de comunicación que la Ministra de Salud, Pilar Mazzetti, dice estar en «desacuerdo con la FDA» -que es el organismo más adecuado del mundo para evaluar drogas nuevas- sobre los mecanismos de acción del LNG. Mazzetti justifica su postura con cuatro estudios científicos de dudosa calidad que involucraron a menos de 30 personas. En este contexto, es necesario revisar el tema del LNG y su potencial efecto abortivo.
El LNG tiene un efecto anticonceptivo que busca prevenir el embarazo cuando se consume antes de la concepción (unión del óvulo y espermatozoide), pero si se ingiere después de la concepción tratará de impedir la implantación del embrión ocasionando un aborto. Es obvio que cuando hablamos de «anticoncepción de emergencia» nos referimos a parejas que han tenido relaciones sexuales y horas o días después buscan medios para no tener un hijo. No olvidemos que la concepción ocurre solo horas después de la relación sexual y entonces el LNG no puede evitar que el embarazo siga su curso. De esta manera, el efecto abortivo del LNG es la única opción de quienes recurren a la «anticoncepción de emergencia» o, mejor dicho, el «aborto en casos de emergencia».
Además del problema moral de asesinar a un bebé recién concebido, científicamente el LNG implica varias controversias. En diciembre de 2003, la experta en planificación familiar Hanna Klaus denunció públicamente el fracaso del uso indiscriminado del LNG. En el año 2002, en Inglaterra se descubrió que cuando el LNG falla, existe un 6 por ciento de posibilidades de desarrollar un embarazo ectópico (fuera del útero, con el consecuente peligro de muerte para la madre y el bebé). En otro estudio publicado por la revista Contraception en el año 2000, encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se encontró que de 295 mujeres que consumieron LNG luego de tener relaciones sexuales el 30 por ciento abandonó el método en los primeros seis meses, probablemente debido a que el 70 por ciento de las participantes sufrió numerosos efectos secundarios como sangrados, náuseas, vómitos, mareos y depresión. Un tercer reporte del Departamento de Salud del Estado de Washington en el año 2001 encontró -contra todo pronóstico- que el número de abortos provocados no cambió a pesar de la disponibilidad del LNG desde 1998, resultados contrarios a la propaganda de quienes sostienen que el LNG «disminuirá la necesidad de abortos quirúrgicos o ilegales». También en Estados Unidos, el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas (CDC) reportó en el año 2002 un incremento de 20 por ciento en los casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) entre jóvenes de 15 a 24 años de edad. Esto no sorprende, al considerar que la total disponibilidad del LNG lleva a los jóvenes a no evitar las relaciones sexuales e incluso a no recurrir a medios anticonceptivos convencionales, también inmorales.
Uno de los datos más sencillos en esta reflexión es considerar que la mujer sólo es fértil seis días al mes. Aunque tuviera relaciones sexuales todos los demás días del mes, ¿qué acción tendrá en ella el LNG? Esto quiere decir que en el 75 por ciento de las veces (21 de 28 días del mes) las mujeres que consuman LNG lo harán innecesariamente, enriqueciendo a los fabricantes y exponiéndose a graves efectos secundarios.
El aborto es un crimen contra el embrión humano y matar con una píldora no es menos inmoral que matar en una cirugía. Asimismo, es totalmente inmoral no informar a las mujeres sobre lo que ocurre en su cuerpo y no explicarles los posibles efectos secundarios de estas intervenciones controversiales.