En mi corazón, Señor, se ha encendido
el amor por una criatura
que tú conoces y amas.
Tú mismo me la haz hecho encontrar
y me la has presentado.
Te doy gracias por este don
que me llena de alegría profunda,
me hace semejante a Ti, que eres amor,
y me hace comprender el valor de la vida que me has dado. Haz que no malgaste esta riqueza que tú has puesto
en mi corazón: enséñame que el amor es don y que no puede mezclarse
con ningún egoísmo;
que el amor es puro
y que no puede quedar en ninguna bajeza; que el amor es fecundo
y desde hoy debe producir
un nuevo modo de vivir en los dos.
Te pido, Señor, por quien me espera
y piensa en mí; por quien camina
a mi lado; haznos dignos el uno del otro;
que seamos ayuda y modelo.
Ayúdanos en nuestra preparación
al matrimonio, a su grandeza,
a su responsabilidad, a fin de
que desde ahora nuestras almas
dominen nuestros pensamientos
y los conduzcan en el amor.