Cenar cada noche en conjunto o compartir un almuerzo de domingo con los abuelos están entre los principales ritos familiares en la sociedad chilena. Sin embargo, más allá de que para muchos adolescentes estas actividades a veces se transforman en una obligación, los expertos opinan que este tipo de conductas ayuda a fortalecer los lazos familiares y a prevenir situaciones de riesgo.
Soledad Quiroz, socióloga del Departamento de Estudios y Planificación del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), explica que los ritos son una conducta ancestral y que cada cultura y cada familia crea sus propias tradiciones y formas de convivencia que les son significativas.
Carmen Gloria Hidalgo, sicóloga, terapeuta familiar e investigadora de la Universidad Católica, distingue entre ritos y rituales. Dice que los primeros tienen que ver con la celebración de un evento o suceso significativo, como puede ser un cumpleaños, mientras que los rituales están más relacionados con los hábitos de funcionamiento propios de una familia, como ver televisión juntos cada noche. Aclara que ambos constituyen un aporte trascendental en la constitución de la identidad y la cohesión familiar.
Para todos, la importancia de los ritos al interior de la familia radica en que estos generan en sus miembros un objetivo común y una identidad propia. Carmen Gloria Hidalgo explica que diversas investigaciones han probado que este tipo de conductas se transforman, además, en agentes protectores frente a situaciones de riesgo, de padres e hijos.
Por esta razón, la sicóloga recomienda establecer ritos: "Ya sea pequeñas cosas como saludarse cada mañana o bien celebrar otros de carácter religioso o étnico, si es que la familia tiene alguna vinculación con ello".
El momento preciso
Luis Alfredo Espinoza, doctor en Sicología y académico de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (Umce), comenta que, generalmente, los ritos al interior de la familia se transmiten de generación en generación, aunque "cada integrante del núcleo tiene la responsabilidad de enriquecer su significado y de crear nuevas formas de comunicación que le sean significativas".
No obstante, se señala que es importante que los padres establezcan estas actitudes desde que los niños son pequeños y como una acción natural. La socióloga Soledad Quiroz enfatiza en que es bueno que antes de los siete años a los niños se les inculque determinados ritos, porque eso les da seguridad.
Para Carmen Gloria Hidalgo, que los ritos se introduzcan como algo natural es vital, ya que es recomendable que "la dinámica familiar se transforme de acuerdo a las edades y las necesidades de sus miembros, para que sea participantes activos".
Cuando ocurre que los padres pretenden introducir ritos en el momento que sus hijos ya han crecido, su efecto suele ser totalmente contrario y es muy probable que se obtenga una reacción rebelde por parte de los adolescentes.
"Hay familias en que estas conductas se ven como normas impuestas y no como un rito. Cuando los rituales tienen sentido no se hacen por obligación, sino por gusto", señala Hidalgo.
Debido a los cambios que ha experimentado la sociedad chilena en las últimas décadas y, en especial, las familias, se han ido perdiendo y desplazando ritos familiares comunes como pueden ser el almuerzo o la comida en familia, debido a que ya no hay tiempo para hacerlo.
De igual manera, se han introducido nuevos ritos expandidos con la globalización, como la celebración de los huevos de Pascua, el Día de los Enamorados o el Día del Niño. "En principio, aparecen como ritos con una fuerte carga comercial y un poco extraños y ajenos a nuestra cultura, pero paulatinamente se van introduciendo, para finalmente transformarse en un hito familiar", explica Soledad Quiroz.
Consejos para poner en práctica
Si bien los especialistas coinciden en que cada familia puede establecer sus propios rituales y ritos, recomiendan poner en práctica algunos para fortalecer los lazos del grupo.
Saludos: Importante que los miembros de una familia establezcan como un ritual el saludarse y despedirse siempre. Que los padres acostumbren darles un beso a cada hijo al llegar del trabajo, así como al momento de dormir.
Dar gracias: según los expertos, esto sólo puede ser parte de los hábitos diarios. Sin embargo, es importante que los padres inculquen a sus hijos dar las gracias a las personas que quieren y por alimentos que reciben. Al principio, los niños pueden verlo como algo ajeno, pero si los padres suelen hacerlo se acostumbrarán rápidamente a verlo como algo natural.
Cumpleaños: es importante que este tipo de eventos se transforme en algo significativo y que la familia se reúna en torno a él. Es bueno que cada año se tomen fotografías y luego se recuerde el momento. Es positivo crear un album de los cumpleaños.
Comida con participación de todos: establecer un día en la semana en que todos los integrantes de la familia participen activamente en la elaboración de la comida. Unos pueden poner la mesa, mientras otros ayudan en la cocina. Lo importante es que todos estén ahí. Es un buen espacio para conversar y saber lo que pasa con el resto de los integrantes del grupo.
Día de la Madre, del Padre o del Niño: más allá de los cuestionamientos que se hacen de estos eventos, es recomendable que la familia aproveche estos momentos para no sólo dar regalos y preocuparse del aspecto material, sino sólo para hacer del día algo especial para uno de los miembros de la familia.
Impulsar la caridad: enseñe a sus hijos que hay gente más necesitada y que es bueno ayudar, con lo que aprenderán a ser generoso. Es recomendable que al menos dos veces al año acudan juntos a un hogar o a un asilo y lleven las ropas que no usan u otra ayuda.
Visitar a los abuelos: acostumbre a sus hijos a visitar a sus abuelos. Esto ayudará a mantener el contacto entre ellos y a enriquecer la relación intergeneracional.