Esa esperanza ante el dolor, es la que Cristo les quiere dar a sus apóstoles hoy. Por eso Jesús los lleva a lo alto del monte Tabor. Los invita a subir, a mirar hacia arriba, mirar a Dios. Porque desde la cima se ven las cosas más claras. Nos damos cuenta que la vida no es sólo este episodio difícil. Cuando estamos con Jesús Aprendemos a ver la realidad con los ojos de Dios, y nos llenamos de esperanza. Porque nos damos cuenta que tanto los momentos alegres, como los momentos difíciles, son ocasión para acercarnos a Dios.