En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: “Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo”.
Comentario:
Hoy en día vivimos en un mundo que está muy atento a la salud del cuerpo. Alimentarte bien, de manera saludable. Porque la buena alimentación te da fuerza, te da una buena salud. De la misma manera, Jesús también estaba preocupado por nuestra alimentación, porque este llamado a la santidad que Dios nos hace a todos, no es fácil, porque para enfrentar los retos de la vida, Dios sabe que humanamente las fuerzas no siempre nos alcanzan.
Jesús ha venido a darnos ese alimento, que nos fortalece espiritualmente, que nos nutre de amor, de caridad, que nos permite tener un corazón más como el de Cristo. Ese alimento es Él mismo, es Dios mismo que se ofrece como alimento. Jesús lo dirá hoy en el Evangelio: "Yo soy el Pan vivo bajado del Cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre". Es el pan de la Eucaristía. Es el pan que nos da la vida. Es el pan que quien lo come, no muere, porque es el que nos alimenta para llegar a nuestra meta, que es la vida eterna. ¿Sin este alimento, cómo llegar a la meta sin desfallecer, sin que nos falten las fuerzas y nos quedemos a mitad de camino? ¿Cuánto valoras la Eucaristía? ¿Cuánta importancia tiene para ti, para tu vida espiritual comer el cuerpo y beber la sangre de Cristo, que nos da como alimento? ¿Entendemos el valor que tiene la Eucaristía?
Una vez en un congreso internacional de teólogos, uno de los expositores dijo: yo entendí lo que pasaba en la Eucaristía, es decir en la misa, cuando era niño y viendo a papá que dividía entre nosotros el poco pan que había en nuestra casa, porque éramos muy pobres, quedándose él de último. Ahí entendí lo que pasa en la misa, que Dios mismo se da, se reparte entre nosotros como alimento, se entrega a sí mismo, para que nosotros tengamos vida. Los más elevados discursos teológicos de ese congreso, quedaron pálidos, frente a este testimonio. Ése es el alimento de la Eucaristía. El que coma de este pan, vivirá para siempre dice el Señor.
P. Juan José Paniagua