Miércoles 01 de Marzo de 2017

Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Comentario:

Hoy iniciamos la cuaresma, es un tiempo muy importante en la Iglesia. Porque es un tiempo privilegiado para acercarnos a Dios. El Papa Benedicto dice que la cuaresma es como un retiro grande que la Iglesia ofrece para todos sus hijos, para que nos acerquemos a Dios. Es como un gran retiro espiritual. Porque estamos llamados a convertirnos. Ese es el llamado fundamental.

Vamos a atravesar estos 40 días de preparación hasta llegar a la Pascua, a la Semana Santa. Por tanto hay que pensar bien cómo vamos a hacer para cambiar, para convertirnos. Porque si llegamos a la Semana Santa igual a como estamos ahora, no hemos aprovechado bien este tiempo. A semana Santa tenemos que llegar distintos. ¿Qué puedo hacer para convertirme más?

Lo que más nos convierte es estar cerca de Cristo, en contacto con Jesús. Como cuando te juntas con personas malas algo de ellos se te pega. O si tienes un amigo buenísimo, de andar mucho con él, se te empiezan a pegar sus cosas buenas. La conversión es estar tan cerca a Jesús que se nos empiece a pegar ser como Él. ¡Que se te pegue ser como Jesús! Eso significa convertirse, que estés tan cerca del Señor, que se te pegue ser como Él. Se te pegue su caridad, su misericordia, su generosidad, su bondad. Nos podemos proponer muchos otros medios concretos, resoluciones y compromisos. Hoy el Evangelio nos invita a vivir la limosna en secreto, la oración humilde y el ayuno sincero. Pero todos estos medios tienen que acompañar al primero, que es estar junto a Jesús, para que pueda haber una conversión sincera. Si no pueden convertirse en meros actos externos y mecánicos, como Jesús bien señala en el pasaje de hoy. Si no estamos cerca del Señor, estos medios no dan fruto. Acompañados de Cristo son poderosos, nos ayudan a cambiar la vida.

P. Juan José Paniagua