Mi buen Jesús, mi Redentor y amigo
¿Qué tengo yo que tú no me hayas dado?
¿Qué se yo qué tú no me hayas enseñado?
¿Qué valgo yo si no estoy contigo?
¿Qué puedo yo si tú no estás conmigo?
Señor, mi Dios, sin vanidad me hiciste,
sin que te lo pidiera me creaste;
en crearme y redimirle mucho hiciste,
y menos obraras de lo que obraste
en perdonar la obra que tú hiciste.
Pon tus ojos, Señor, en mí,
y ten misericordia de mí,
porque yo soy solo y pobre.