Uno de los primeros actos de Fray Galvão como sacerdote fue hacer su consagración como “siervo y esclavo” de Nuestra Señora, acto que firmo con su propia sangre en la fecha de 9 de marzo de 1766. Este episodio, dos siglos más tarde, fue reproducido por el franciscano Fray Geraldo Roderfeld, OFM, en una pintura al óleo que está expuesta en el Hospital y Maternidad Frei Galvão, en Guaratinguetá.
En São Paulo no tardaron en sobresalir las cualidades oratorias de Fray Galvão, quien fue escogido como orador, confesor de seglares, portero y confesor de la Casa de Retiros de Santa Teresa. Su desempeño en estos oficios fue tan destacado que la Cámara Municipal no tardó en considerarlo “un nuevo esplendor del convento”.