Prominente judío del tiempo de Cristo, mencionado solamente en el Evangelio según San Juan. El nombre es de origen griego, pero en esa época tales nombres eran ocasionalmente tomados prestados por los judíos, y de acuerdo con Flavio Josefo (Ant. de los judíos, XIV, III, 2) Nicodemo era el nombre de uno de los embajadores enviados por Aristóbulo a Pompeyo. Una forma hebrea del nombre (Naqdimon) es encontrada en el Talmud. Nicodemo era un fariseo, y en su capacidad de miembro del Sanedrín, (Jn. 7,50) era un líder de los judíos. Jesucristo, en la entrevista cuando Nicodemo vino a él por la noche, lo llama un maestro en Israel. A juzgar por Jn. 19,39, Nicodemo debe haber sido un hombre de medios, y es probable que ejerciera cierta influencia en el Sanedrín. Algunos escritores conjeturan de su pregunta: “¿Cómo puede un hombre nacer cuando es viejo?”, que él era ya avanzado en años, pero las palabras son muy generales para garantizar tal conclusión. Aparece en esta entrevista como un creyente inteligente e instruido, pero tímido y no fácilmente iniciado en los misterios de la nueva fe. El después aparece (Jn. 7,50-51) en el Sanedrín ofreciendo una palabra en defensa del acusado galileo; y podemos inferir de este pasaje que abrazó la verdad tan pronto como la conoció completamente. Es mencionado finalmente en Jn 19,39, donde es mostrado cooperando con José de Arimatea en el embalsamamiento y sepultura de Jesús. Su nombre aparece más tarde en algunos de los escritos apócrifos, por ejemplo, en la llamada "Acta Pilati", documento heterogéneo que en el siglo XVI fue publicado bajo el título "Evangelium Nicodemi" (Evangelio de Nicodemo). Se desconoce la fecha de su muerte. El Martirologio Romano conmemora el hallazgo de sus reliquias, junto con las de San Esteban, Gamaliel y Abibo, el 3 de agosto.