En estos días en que conmemoramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, no son pocos los fieles los que se preguntan por cuáles son las coincidencias y diferencias entre la fiesta que celebramos los católicos con la que celebran los judíos, nuestros hermanos mayores en la fe, como los llamaba San Juan Pablo II.
Por ello, a continuación presentamos cuáles son las coincidencias y diferencias entre ambas celebraciones:
Coincidencias
Un primer dato importante a tener en cuenta es que existe una continuidad histórica y religiosa entre la Pascua judía y la cristiana, ya que Cristo murió el primer día de la fiesta judía que celebra la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto, obrada por acción de Dios.
La muerte de Jesucristo cumple la Antigua Ley, sobre todo en lo referente al cordero pascual que los judíos comen la noche víspera del 15 de Nisan (el primer mes del calendario hebreo bíblico, que comienza con la conmemoración de la salida de los judíos de la esclavitud en Egipto).
Cristo es inmolado el mismo día de la Pascua judía, en que se inmolaban a los corderos en el templo. Jesús es el Cordero Pascual que nos libera del pecado. Por eso nuestra Pascua, como la judía, recuerda el paso de Israel por el Mar Rojo, el Cordero Pascual, la columna de fuego que guiaba a Israel, etc., pero ahora con un significado más pleno.
Diferencias
Muchos se preguntan: ¿Por qué la Pascua cambia de fecha cada año? La razón es la conexión entre la Pascua judía y la cristiana y la diferencia entre el calendario judío y el nuestro.
Los judíos comen el cordero pascual la víspera del 15 de Nisan (el primer mes del calendario judío). Jesús celebró la Última Cena durante la Pascua judía, es decir, el 14 de Nisan, murió en la cruz el 15 de Nisan y resucitó el domingo siguiente, que ese año fue el 17 de Nisan.
Pero es muy difícil pasar una fiesta antigua del calendario judío (lunar) al nuestro (solar). El calendario judío es lunar (tiene 354 días y se basa en las fases de la luna) mientras que el nuestro es solar.
Cada cuatro años los judíos intercalan un mes a su calendario, no según un método definido sino arbitrariamente por orden del Sanedrín. Esto dio lugar a numerosas controversias sobre la fecha para la celebración de la Pascua.
Los cristianos de los primeros años continuaron usando el calendario judío para la Pascua: El Viernes Santo lo celebraban el 15 de Nisan y la Pascua de Resurrección el 17 de Nisan (fuese o no domingo).
En el resto del Imperio Romano, sin embargo, se tomó en consideración que Jesús históricamente resucitó el domingo y todos los domingos se celebra a la fiesta de la Resurrección.
Por eso se optó por celebrar la Pascua el primer domingo después de la primera luna llena, posterior al equinoccio de primavera.
La Iglesia Romana se basa en la autoridad de San Pedro y San Pablo, pero no todos los cristianos celebraban el mismo día la Pascua. Por otra parte, ya desde el siglo III se consideraba que, según el calendario romano, Jesús murió el 25 de marzo y resucitó el 27 (Computus Pseudocyprianus, ed. Lersch, Chronologie, II, 61).
Algunos obispos celebraban esas fechas fijas. El Primer Concilio de Nicea (año 325) decretó que la práctica romana debe observarse en toda la Iglesia.
Los ortodoxos celebran la Pascua otra fecha porque siguen el calendario Juliano (ortodoxo ruso).
La fecha de la fiesta de Pascua católica fluctúa entre el 22 de Marzo y el 25 Abril. En referencia a ella se calculan las otras fiestas movibles del calendario litúrgico.
La Pascua Cristiana
La Pascua es la fiesta más importante del año litúrgico y por ello se celebra durante 50 días, como si fuese un solo gran día.
Los primeros ocho días se conocen como la Octava de Pascua y se celebran como solemnidades.
La celebración comienza el Sábado Santo con la Vigilia Pascual y se prolonga hasta la Solemnidad de Pentecostés.
Para llegar a la Pascua, primero se ha vivido la preparación durante la Cuaresma y luego la Semana Santa, cuyo centro está en el Santo Triduo Pascual compuesto por el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección que comienza el Sábado Santo con la Vigilia Pascual.
El agua bendecida en la Vigilia Pascual se usa para los bautismos en todo el tiempo de Pascua.
En el día 40 de la Pascua se celebra la Ascensión del Señor y los 9 días entre esta fiesta y Pentecostés (la novena original) son días de intensa preparación para la venida del Espíritu Santo.