Mí muy amado yerno:
Dios te bendiga. Antes que todo, quiero agradecer tu franqueza al expresar tus preferencias y reservas religiosas. Escribir es tan bueno, porque puede uno expresarse con sinceridad y vaciar en el papel lo que está contenido en el corazón y que ya no se quiere mantener ahí. Precisamente esa es la razón por la que también he querido hacer lo mismo.
Gracias a todo esto que ustedes están viviendo, yo también he sido inquietada a indagar más acerca de mi propia fe cristiana. Te pido perdón por lo tarde de mi respuesta, pero quise hacerla con mucha calma y asegurarme de no dejar en el tintero lo que deseaba expresar.
Con relación a tu carta, personalmente no me parece que lo que esté en conflicto sea tu religión o tus creencias, sino la actitud que has adoptado ante la posibilidad expresa de que mi Hija se una a ti en el sacramento del matrimonio por la Iglesia Católica. Aunque no entiendas lo que es un Sacramento, sé que conoces que casarse por la Iglesia Católica no obliga al cónyuge no-católico a cambiar de iglesia ni de religión; tu NO PIERDES NADA NI TE COMPROMETES A NADA (el compromiso solamente consiste en aceptar que los hijos procreados entre ustedes sean educados en la fé católica).
Por otro lado, de no casarse por la Iglesia Católica, Mi Hija SI PIERDE EL PODER PARTICIPAR DEL SACRAMENTO DE LA EUCARISTIA (Comunión) Y DE LA RECONCILIACION (confesión). Ojalá algún día pudieras comprender nuestra fe (aunque no te convirtieras a ella), para que jamás seas piedra de tropiezo en el camino de alguien. Si Mi Hija no es obstáculo en tu salvación, ¿porqué insistes en serlo en el de ella? Ella, que no profesa tu doctrina, participa contigo sin inconvenientes de un culto no-católico; sin embargo, tú jamás has hecho lo mismo con ella de acompañarla a la Santa Eucaristía. No entiendo.
Date cuenta, querido mío, que tu sigues tu conciencia de querer seguir tu tradición pentecostal y ella también quisiera hacer lo propio de seguir el Evangelio completo dado por Jesucristo. Las diferencias de fe entre nosotras y tú no son reconciliables, lamentablemente. Y aunque personalmente conozco una pareja de credo mixto casada por la Iglesia Católica, son personas de mucha madurez emocional y espiritual. Lo que yo veo en ustedes, es que: (1) Mi Hija, católica sólo de tradición, desconociendo a fondo su propia fe y deseando ardientemente aprenderla, no desea imposición de nadie sobre el tema en este momento, y (2) Tú con una idea prejuiciada sobre nuestra fe, tan equivocado que no me parece que vaya a ser posible cambiarte el chip de programación (a menos que sea un trabajo directo del Espíritu Santo).
Para un católico que vive auténticamente su fe cristiana, su fuente primordial de gracia santificante es la Comunión con Cristo recibiendo su cuerpo y sangre en la santa Misa tal como él la estipuló.(Jn 6,48; Jn 6,54: Lc 22,19: Hech 2,42;1 Cor 10,16-17; 1 Cor 11,23, mas explicación sobre todo ello tu sabes que puedes leerla en www.defiendetufe.org) Lamentablemente, ni lo entiendes ni te importa pues aunque estés apartando a tu novia de esa fuente, insistes en encontrar un punto medio sobre este sacramento en cualquier iglesia protestante-pentecostal, cuando eso no existe. Puedo entender que te aferres a tu posición por querer ser fiel a tu doctrina, pero si con ello no estás comprometiendo tu alma, ¿de qué estamos hablando? Señalas en tu carta por prejuiciar contra los pentecostales y tu anti-católicismo es mucho más marcado aún.
Mira querido yerno, siempre he insistido con Mi Hija que el noviazgo es una etapa para descubrirse; desviarse de esa fase es dejarse llevar por la pasión, cubriendo los defectos que deben ser identificados, planteados y resueltos desde el principio. Dices en tu carta que enfatizas en las cosas que ustedes profesan juntos ya que eso los enriquece, pero que las cosas que los separa las dejas a un lado porque no edifican. Una personamadura, con entendimiento y dirigida por el Espíritu Santo como mencionas que ustedes son, reconocería que en lo primero que tienen que trabajar es con todo aquello que los separa pues, de lo contrario, esas mismas cosas los podría DESTRUIR más tarde.
Nadie tiene derecho de obligar a nadie a casarse por la iglesia que no quiera, pero como me consta por Mi Hija que has buscado alternativas para evitar que la boda tenga que ser por la nuestra, voy a tomarme el atrevimiento de exponerte porqué mi esposo y yo desearíamos entregarte a nuestra hija en la Iglesia Católica. Al mismo tiempo, para que nos permitas exponerte por qué no es lo mismo la Iglesia Católica que cualquiera otra:
· Me parece que el fondo de todo esto es que, según tus creencias religiosas, para ti puede haber Cristo sin que tenga que haber una iglesia visible, sin un cuerpo de creyentes constatable a los que podamos señalar para corroborar datos acerca de Él. En otras palabras, (con el mayor de los respetos que me merece un hombre tan inteligente como tú), la dificultad está en una deficiencia eclesiológica de tu parte. Por eso, cualquiera que oye esta opinión antieclesiológica (que gusta mucho hoy en día, por lo atractivo que pudiera ser una religión sin criterio fijo de autoridad), se siente atraído por lo sencillo y manejable del argumento "sólo Cristo salva. la Iglesia no importa " .. Pero la verdad es que ese argumento no es sino una verdad a medias. No es que estés completamente equivocado, es que te falta un poco más de camino bíblico por recorrer.
· Jesucristo fundó una sola Iglesia (en singular). "y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia", (Mt 16, 18). Pero no se trata sólo de que edificara, estableciera o fundara una iglesia nada más, sino de todo el contenido salvador que ella encierra. Mateo usa la palabra "ekklesía", de la que proviene la nuestra: "iglesia". Mateo traduce también el término hebreo "asamblea", que en el AT se traduce por "congregación", para designar al pueblo elegido por Dios. Cuando Mateo escoge ese término, él designa la comunidad mesiánica y al usarlo paralelamente con "Reino de los Cielos", indica que la comunidad donde reinará el Hijo de David comenzará ya en la tierra como una sociedad organizada. Para interpretar ese texto es necesario entenderlo en su perspectiva judía de pueblo específico, reino geográfico, asamblea de hombres y mujeres concretos. La asamblea del Antiguo Pacto se re-constituye en Cristo, como un redil junto con los gentiles y de ahí surge el único rebaño de Dios (Jn 10, 16): "y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y unpastor".
· Tanto así, que el Nuevo Testamento no repara en reconocer la importancia de esa Iglesia establecida por el Señor, por ejemplo:
Ø Los seguidores de Cristo son uno con él (Gal 3, 27-28)
Ø La Iglesia es la plenitud de Cristo (Ef 1, 22-23)
Ø El Señor comparte su gloria con la Iglesia (¡!) (Jn 17, 22)
Ø A él se le da gloria en la Iglesia (Ef 3, 21)
Ø La Iglesia sobrevive a los poderes del infierno (Mt 16, 18)
Ø La columna y fundamento de la verdad es la Iglesia (1Tim 3, 15)
Ø La Iglesia es el cuerpo de Cristo (1 Co 12, 12-29)
Ø Cristo organiza y da cohesión a su cuerpo (Ef 4, 16)
Ø La Iglesia es la Esposa de Cristo por ende inseparable de Èl (Ef 5,25; Mt19,5-6)
Como ves, aquí hay más diferencias entre nosotras y tú de las que yo quisiera admitir, porque si bien podrías estar de acuerdo con estos elementos de establecimiento y unidad, tú prefieres enfatizar el aspecto espiritual, invisible, cósmico; pero para nosotras estos aspectos, que son muy ciertos, tienen que tener una constancia física, corroborable, que se pueda afirmar como un punto de referencia. Esto significa que la Iglesia es visible. Tiene que serlo para que halla un punto de referencia sobre una misma verdad y norma de vida para cuando el Señor no esté presente físicamente (Mt 28, 20; Jn 16, 13; 21, 25; Hch 2, 42).
Creemos que es así porque no todo puede estar en un libro (Jn 21, 25), y este hecho es el que da margen a la diversidad de interpretaciones de la Biblia. Tal y como pasa con la Constitución de cualquier país, cuando no habla explícitamente sobre algún caso a resolverse, entonces tiene que intervenir la interpretación de una autoridad formal (Ej., Corte Suprema). Eso mismo pasa con los grupos religiosos y la Biblia. Y aunque esto se puede entender, el problema consiste en que a veces no están conscientes de que funcionan como un magisterio eclesiástico. Tal parece que no es absolutamente posible depender de un libro y entonces es cuando reconocemos que hace falta el Espíritu. En los capítulos 14 al 16 de San Juan se nos promete un Espiritu que va a acompañar a los seguidores de Jesús cuando éste no esté. En Juan 15, 26, dice que el Espíritu dará testimonio de Jesús. En Juan 14, 26, dice queel Espíritu es un acompañante que les enseñará todo acerca del Señor. En Juan 16, 13, dice que el Espíritu guiará a los seguidores de Jesús a la verdad completa. Pero si Jesús estaba con ellos y les había enseñado ya lo que quería que escribiesen 30 años más tarde, ¿no estaban esas cosas resueltas? NO. Jesús quería seguir revelándose a ellos (la Iglesia) y por eso en Mt 28, 20, y en Mt 10, 40, así como en Lc 10, 16, el Señor es capaz de decir "el que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió".
En el Nuevo Testamento contemplamos una misma Iglesia con un mismo Espíritu enseñando una misma verdad. Para los apóstoles esto era importante, porque cualquier error en la fe y la doctrina terminaba apartando a los fieles de Cristo mismo (1Jn 4, 1-6; 2Jn, 7-12; Jd 3, 16, etc.). De ahí que afirmamos una Iglesia Apostólica (Hch 2, 42; Jn 20, 21; 15, 16; Lc 22, 29-30; Mt 16, 18; Jn 10, 16; Lc 22, 32; Jn 21, 17), con autoridad (Mt 28, 8-20; Jn 20, 23; Lc 10, 16; Mt 28, 20), perpetua (Is 9, 6-7; Dn 2, 44; Dn 7, 14; Lc 1, 32-33; Mt 7, 23; Mt 13, 24-30; Mt 16, 18; Jn 14, 16; Mt 28, 19-20), infalible (Jn 16, 13; Jn 14, 26; 1Tim 3, 15; 1Jn 2, 27; Hch 15, 28; Mt 16, 19). Y en adición a esto, ese Espíritu debe referirnos a una unidad completa que testifique la verdad acerca de Jesús. Te invito a que te refieras al pasaje de San Juan 17, 18-26, el cual es sumamente importante de la Biblia. Se trata de una conversación dentro del ser mismo de Dios; la segunda persona de la Santísima Trinidad le habla a la primera persona de esa misma Esencia divina. El Señor ruega porque su Iglesia permanezca unida y pide una unidad semejante a la que existe entre él y el Padre, con el propósito de que el mundo crea en él (Jesús). ¿Ves que es necesario que el mundo vea el testimonio corroborable de un cuerpo de creyentes unido, como condición necesaria para que haya fe? La visibilidad de la Iglesia fue mandada y querida por C