Buscando posada para Santa María y San José

«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.» (Lc 2,1-7)

Sentido de la liturgia

Esta liturgia rememora el momento en que Santa María y San José buscaban  un lugar donde alojarse pues había llegado la hora del alumbramiento. En los momentos previos a la Navidad, la dinámica del dolor-alegría se hace particularmente presente en los padres de Jesús: dolor por no hallar posada para recibir aunque sea con humano decoro al Señor de los señores, y la alegría de la hora cercana de la Natividad.

Se trata, pues, de tomar conciencia de este dinamismo presente en la espera y en el misterio de la Natividad y de vivirlo en comunión con María y con José en estos días previos al nacimiento del Señor Jesús y, de este modo, prepararnos para acoger activamente la Palabra reconciliadora.

Materiales:

· Una imagen de Santa María
· Una imagen de San José
· Una biblia
· Algunas velas
· Lugar apropiado para colocar las imágenes y las velas
· Textos de esta liturgia

Indicaciones:

1. Esta liturgia se realiza en la casa de una familia, cualquier día cercano a la Navidad.

2. Participan dos o más familias: la(s) que pide(n) alojamiento y la(s) que recibe(n) a María y a José.

3. Preferentemente el padre y la madre de la familia visitante portarán las imágenes. Los demás miembros de la familia llevarán cada uno una vela.

4. La familia que va a alojar a José y a  María en su hogar debe tener preparado el lugar donde pondrán las imágenes, y los hijos tendrán velas apagadas que luego pondrán al pie del nacimiento.

5. La distribución de diálogos debe hacerse previamente.

6. Es recomendable que la casa donde se realiza la liturgia tenga poca iluminación.

Liturgia:

(En la puerta de la casa. Los hijos de la familia visitante portan velas encendidas).

TODOS: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean glorificados en todo tiempo y lugar por la Inmaculada Virgen María. Que así sea. Amén.

MONITOR: Ya está cerca la noche en que celebraremos el nacimiento del Reconciliador. Nos queremos preparar para poder recibir en nuestros corazones al Señor Jesús. Iniciemos esta liturgia cantando: “Ven pronto Señor” (u otro canto apropiado).

1. Oh Pastor de la Casa de Israel,
trae a tu pueblo la ansiada salvación.
Verbo Eterno de la boca del Padre,
fuiste anunciado por labios de profeta.

¡VEN PRONTO, SEÑOR! ¡LLEGA, OH SALVADOR! (2 v.)
¡VEN, SEÑOR JESÚS! ¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA, HAZ GERMINAR AL SALVADOR!
 (2 v.)

2. El clamor de los pueblos se levanta.
Hijo de David, las naciones te esperan.
Queremos la llegada de tu Reino.
Ven a liberar del pecado a los pueblos.

3. Emmanuel, Salvador de las naciones,
eres esperanza del pueblo peregrino.
Sol naciente, esplendor de la justicia,
Tú nos salvarás con tu brazo poderoso.

4. Esperanza de una Mujer humilde:
ved a la doncella, que pronto dará a luz.
Silenciosa, espera al Salvador:
llega ya la hora de la liberación.

FAMILIA VISITANTE: Venimos a pedir posada para la que va a ser Madre del Salvador y Reconciliador y para su fiel esposo José. Dios los premiará y los colmará de innumerables bendiciones.

FAMILIA QUE ACOGE: Entren buenos peregrinos y reciban alojamiento, no sólo en esta morada, sino sobre todo, en nuestro corazón.

FAMILIA VISITANTE: Reciban a San José en su hogar y que él los acompañe en este tiempo de espera y para siempre.

(El padre entrega la imagen de San José)

FAMILIA QUE ACOGE: Acogemos a San José en nuestro hogar y en nuestros corazones y nos comprometemos a vivir de manera especial en este tiempo de adviento la humildad, la paciencia y la docilidad frente a los planes de Dios al igual que él.

FAMILIA VISITANTE: Reciban a Santa María en su casa, que Ella sea modelo de espera confiada y gozosa  y los cubra con su manto protector.

(La madre entrega la imagen de Santa María)

FAMILIA QUE ACOGE: Con el corazón lleno de alegría por tener a la Madre del Salvador en nuestra casa, nos comprometemos a prepararnos fervorosamente para la venida del niño Jesús.

(Entran en la casa y ponen las imágenes en el lugar previamente preparado)

LECTURA (Jn 1, 9 - 12)

Lectura tomada del evangelio según San Juan:

“La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron”.

(Breve momento de silencio meditativo)

FAMILIA QUE ACOGE: Sabiendo que el Señor Jesús es la Luz del mundo, pero que muchos no quisieron recibirla, ustedes hijos…, van a encender sus velas en señal de que todos nosotros sí queremos acoger la luz que nos trae el Señor.

(Los miembros de la familia que acoge, acompañados del diálogo siguiente, encienden sus velas de los miembros de la familia visitante)

MIEMBRO DE FAMILIA VISITANTE: Toma esta luz, la luz de la Navidad que es Cristo. Deja que ella aleje el frío y el miedo de tu corazón y te otorgue el ardor del amor.

MIEMBRO DE LA FAMILIA QUE ACOGE: Que la luz de Cristo brille en nuestro corazón y nos ayude a vivir la fe, la esperanza y el amor en nuestras familias.

MONITOR: Podemos elevar a Dios nuestras intenciones y súplicas.

(Se pueden hacer peticiones por la Iglesia, por el Santo Padre, por el mundo, por los más pobres y necesitados, por las familias presentes y por todas las familias del mundo, por intenciones particulares…)

MONITOR: Como comunidad de cristianos que somos, recemos juntos la oración del  Padre Nuestro.

(También se puede rezar el Ave María u otra oración apropiada).

MONITOR: Terminemos esta liturgia cantando VEN, SEÑOR (u otra canción apropiada)

VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES,
VEN, QUE TE ESPERAMOS.
VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES.
VEN PRONTO, SEÑOR.

1.  El mundo muere de frío, el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.

2.  Envuelto en sombría noche, el mundo, sin paz, no ve,
buscando va una esperanza, buscando, Señor, la fe.

3.  Al mundo le falta vida, al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo, al mundo le faltas Tú.

TODOS: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean glorificados en todo tiempo y lugar por la Inmaculada Virgen María. Que así sea. Amén