Ana María: te pedimos bendiciones para todas las madres de familia.
Que de tal manera brille vuestro buen ejemplo que los demás al ver vuestras buenas obras glorifiquen a Dios (Jesucristo).
Durante el siglo XIX una de las mujeres más populares y de mayor fama de santidad en Roma, fue Ana María Taigi, una sirvienta, esposa de un obrero.