Edificio comercial y de viviendas situado en el Ensanche de Barcelona, zona que en aquellos años era considerada como el espacio de construcción ideal para los nuevos edificios de la burguesía barcelonesa. La Casa Calvet, justamente, fue edificada para los hijos de Pere Màrtir Calvet, industriales dedicados a la manufactura textil, claro ejemplo de la nueva burguesía emergente.
Tras recibir el encargo, Gaudí emprendió la realización del proyecto desde su obrador de la Sagrada Familia donde mandó construir una maqueta de la casa. El edificio consta de seis niveles, repartidos entre un sótano, una planta baja, una planta principal y tres pisos.
En la trayectoria de Gaudí está considerada como una obra de transición que mantiene la clásica tipología estructural de los edificios del Ensanche, incorporando soluciones específicas.
Dichas soluciones se encuentran tanto en su interior como en el exterior. Dentro del edificio, se manifiestan en un particular espíritu barroco y, fuera del mismo, por el acusado desarrollo del contraste entre la fachada plana y el movimiento de los balcones y la tribuna. Esta última se encuentra a la altura del primer piso y configura el relieve más sobresaliente de la fachada principal. Una ménsula de grandes proporciones, que contiene esculpidos el escudo de Cataluña, un ciprés - representación de la hospitalidad - y la letra "C" de Calvet, sostiene la tribuna que está profusamente ornamentada y rematada por un conjunto escultórico compuesto por dos cuernos de la abundancia acompañados de frutos.
En la parte superior se encuentran tres pisos con idéntica tipología de balconeras y balcones, pero la parte con mayor movimiento de la fachada es el frontón superior. En dicho frontón pueden apreciarse tres bustos que representan a san Ginés mártir, san Pedro y san Ginés de Arles, así como las inscripciones "Any" - año - y "1899" que indican la fecha de finalización de las obras. La fachada posterior es de ladrillo y piedra artificial, compuesta de balcones y tribunas. Destaca la pequeña terraza de la planta principal decorada con dos tiestos de piedra artificial de formas extrañas y barrocas.
Además de su excelente fachada, la Casa Calvet destaca también por su decoración de interiores. Sobresale el vestíbulo de entrada, en especial sus arrimaderos en cerámica azul y un conjunto de espejos y bancos. Es también muy interesante el espacio de comunicación interna, compuesto por un ascensor, una escalera y dos patios interiores. El conjunto se apoya en unas columnas salomónicas de granito que, al mismo tiempo, sostienen una esbelta barandilla de forja y madera.
La caja de la escalera produce una gran sensación de espacio gracias al ingenioso método seguido por Gaudí para proyectar los patios de luces, consiguiendo al tiempo una magnífica irradiación de claridad.
Todos los pisos están decorados, especialmente el de la planta principal donde viven los propietarios del edificio. Cabe destacar en su interior el mobiliario de talla dorada que Gaudí diseñó expresamente para el salón principal y que actualmente está expuesto en la Casa-Museo Gaudí del Parc Güell.
En la planta baja del inmueble se encontraba el despacho de gerencia y las oficinas de la empresa textil de los propietarios para los que el arquitecto realizó también las dependencias y varios muebles como las sillas (con y sin brazos) que también pueden contemplarse en la citada Casa-Museo.
El edificio se concluyó en 1899 y fue merecedor del premio del Ayuntamiento de Barcelona al mejor edificio de la ciudad en el siguiente año, valorando el jurado como excelentes las labores de piedra, madera torneada, hierro forjado, cerámica vidriada y bronce, entre otros materiales. La planta baja ha dejado de ser una oficina para convertirse, desde hace pocos años, en un establecimiento de restauración que conserva muchos de sus elementos originales.