A ti recurrimos, oh Virgen Generala de nuestros Ejércitos, para implorar tu maternal protección sobre esta Patria Argentina.
Te recordamos que aquí se alzó el altar donde se glorificó a Jesús Eucarístico ante el mundo entero; que nuestra bandera se izó en la presencia augusta de tu divino Hijo; que los colores nacionales cruzan sobre tu pecho cual blasón de Generala del Ejército Argentino.
Por todo esto te pedimos que protejas a nuestra Patria erigida según los designios divinos y que del uno al otro confín sepan los pueblos honrarla y que al postrarnos ante tu imagen de Virgen Generala resuene esta unánime aclamación:
¡Tú eres la gloria de nuestra Patria. Tú eres la honra de nuestro pueblo! ¡Tú la Generala de nuestro Ejército!