El P. Adam Otterbein, C.Ss.R. fue hasta hace pocos años uno de los más destacados expertos en el estudio del Santo Sudario como director del Holy Shroud Guild de Nueva York (Estados Unidos). En 1982, el P. Otterbein relató cómo se iniciaron las investigaciones científicas de la síndone que el centro ha realizado o promovido.
Según relata, las investigaciones modernas se remontan a la fotografía de Segunda Pía tomada en 1898 y los estudios de Paul Vignon, un investigador francés que a principios de siglo realiza los primeros rudimentarios estudios sobre esta fotografía.
El proceso más intenso de investigación llega con el sacerdote norteamericano William Barry C.Ss.R. -redentorista como Otterbein-, quien estudiaba Sagrada Escritura en Roma. Un sacerdote inglés le habló de la Sábana Santa de Turín y le sugirió una visita a la misma, viaje que Barry aceptó. En la Catedral de Turín, el sacerdote norteamericano conoció al Comandante Enrie, que había fotografiado la síndone en 1931 y quien le dio un juego de diapositivas de vidrio de 3 x 4 pulgadas con fotos del sudario. El redentorista retorno a Esopus (Nueva York) y comenzó a enseñar Sagrada Escritura.
Más tarde, el P. Edward Wuenschel, otro redentorista norteamericano, leyó "casualmente " un artículo sobre el manto de Turín y quedó muy impresionado. Cuando el P. Barry le comentó casi de paso que poseía diapositivas originales, el P. Wuenschel se las pidió prestadas y terminó por escribir un extenso artículo que se publicó en 1935 en la American Ecclesiastical Review de Estados Unidos. En los siguientes 10 años, el P. Wuenschel profundizó sus investigaciones. Para ello, sostuvo intensa correspondencia con Enrie y Vignon.
En 1946, el P. Wuenschel publicó dos artículos en Biblical Studies luego de realizar una profunda investigación en los aspectos bíblicos de la Pasión según los cuatro evangelistas, las costumbres funerarias judías de la época y la sábana de Turín. El P. Barry y otro redentorista, Louis Hartman, C.Ss.R., lo ayudaron en la empresa.
Según el P. Otterbein, "Los artículos fueron importantes porque demostraron que no existían contradicciones entre los relatos evangélicos y la síndone".
En 1950, el P. Wuenschel fue nombrado director de la Schola Alfonsiana en Roma. Antes de partir, le pidió al P. Otterbein continuar su trabajo de hacer conocido el manto en Roma. Otterbein, que ya había conocido la reliquia en 1938, recibió de Wuenschel copia de sus estudios y su correspondencia con Enrie y Vignon.
El P. Otterbein publicó un folleto escrito por Wuenschel que luego amplió para publicar bajo el nombre de "El Autorretrato de Cristo".
Con el crecimiento del interés en el manto en Estados Unidos, los superiores de Otterbein lo autorizaron a afiliarse al Centro Internacional de Turín. En 1951, obtuvo el permiso del Cardenal Spellman para erigir canónicamente el Holy Shroud Guild en Esopus, Nueva York.
Dos años después, el P. Otterbein obtuvo el permiso para dedicarse exclusivamente a promover el estudio y la difusión de la correcta información sobre la reliquia, que su Congregación veía como ligada estrechamente a su carisma: promover la conciencia de la Pasión del Señor Jesús.
Durante años, el P. Otterbein se dedicó a difundir información sobre el manto en artículos, programas de televisión y una primera película de media hora de duración; pero especialmente atrajo la intervención de investigadores independientes y especializados: la empresa Eastman Kodak, el laboratorio de criminalística de la Policía de Nueva York y el FBI, entre otros.
Otterbein, nombrado presidente del Holy Shroud Guild, recibió en 1970 la visita del Capitán John Jackson, quien había leído el libro de John Walsh sobre el Santo Sudario.
Walsh era uno de los responsables de la interpretación de fotografías enviadas por satélite desde la Luna y Marte, tenía la intención de exponer las fotos del Sudario al mismo procedimiento y los mismos equipos.
El experimento sobre una de las placas de Enrie sorprendió a Jackson, quien inmediatamente recurrió a su colega el Capitán Eric Jumper, para consultar el resultado.
Tal como la interpretación en tres dimensiones (3-D) revelaba la profundidad de cráteres y montañas en la Luna, el mismo equipo revelaba una variación de distancia entre el manto y el cuerpo que produjo la imagen. Vignon había sopechado esto en 1902, pero Jackson y Jumper lo probaron con equipo de última generación de entonces.
El experimento atrajo a muchos científicos, al punto de que Jackson y Jumper solicitaron al Holy Shroud Guild auspiciar una conferencia científica en Albuquerque, Nuevo Mexico (Estados Unidos) en marzo de 1977.
La conferencia convenció a los más escépticos de que el Manto era, por lo menos, un objeto misterioso y no un simple dibujo o "dagerrotipo" como sugerían algunos, que demandaba, por tanto, ulteriores pruebas.
En setiembre de 1977, el Holy Shroud Guild llevó a un grupo de científicos a Turín para proponer una serie de pruebas que fueron finalmente aceptadas en abril de 1978, durante el 400 aniversario de la llegada del Manto a Turín.
El 29 de setiembre, 32 científicos norteamericanos de las más diversas especialidades y creencias llegaron a Turín con 70 contenedores del equipo más sofisticado disponible y fueron autorizados a examinar y fotografiar la reliquia desde el mediodía del domingo hasta las 10 p.m.del viernes: más de 96 horas.
Regresaron a Estados Unidos con tanta información, que hasta 1985 la información debió ser ordenada y reducida. Algunos artículos fueron escritos pero sólo en revistas especializadas. Los investigadores siempre agradecieron el hecho que las autoridades de la Iglesia en Italia permitieran que los artículos científicos fueran publicados libremente y sin la necesidad de una revisión o aprobación eclesial.
Sin embargo, el entonces constituido STURP, la sigla en inglés del Shroud of Turin Research Corporation -Corporación de Investigación del Manto de Turín- decidió enviar, por cortesía, a un representante para informar al Cardenal Ballestrero, entonces Arzobispo de Turín. Los representantes, el Dr. Larry Schwalbe y el Dr. John Jackson, acompañados por el P. Otterbein, y dos miembros italianos de STURP, el Dr. L. Gonella y el Dr. G. Riggi, hablaron con el Purpurado durante una hora y media para explicar en lenguaje no técnico los resultados.
Alentados por el Cardenal y deseosos de mantener el sorprendente resultado de las conclusiones en el círculo de máxima credibilidad científica, los delegados de STURF pidieron y obtuvieron una audiencia especial con el Papa Juan Pablo II, a quien le prepararon un dossier especial con dos fotografías reveladoras. La cita, fijada inmediatamente después de la audiencia general del 13 de mayo de 1981, nunca pudo realizarse: los miembros de STURF escucharon desde la sala de audiencias los disparos que intentaron cegar la vida del Pontífice.
En 1988, el mismo Cardenal Ballestrero autorizó la extracción de una única muestra, luego dividida en tres, para proceder a una prueba de Carbono-14 en vistas a determinar su datación. La muestra, deteriorada con el carbón y el humo adherido al manto durante un incendio en la Edad Media, arrojó información falsa, ampliamente difundida por los medios seculares.
En 1990, luego del informe de científicos independientes que cuestionaron la validez de la investigación con Carbono-14, el Vaticano recusó el procedimiento describiéndolo como "extraño".
Tras esta fecha, el STURF y otros organismos se han dedicado a promover nuevas investigaciones que podrían tener lugar apenas concluida la presente exhibición.