Por: Hernán Collado.
Al unirse los gametos (espermatozoide y oocito maduro) se inicia una nueva vida.
La reproducción es un fenómeno muy interesante, en el sentido de que lo que se reproduce nunca es la materia sino su información.
La vida de los seres comienza cuando la información que el padre transmite en el espermatozoide encuentra en el óvulo la aportada por la madre. La necesaria y suficiente para definir el nuevo ser se encuentra reunida desde la fecundación.
Sería imposible reproducir la materia. Lo que se reproduce y trasmite es una información que anima la materia.
No hay materia viva, sólo existe materia animada por un mensaje que es la vida, que produce vida.
A la primer célula se le conoce con el nombre de cigoto. Está constituida por 46 cromosomas, 23 paternos y 23 maternos. Con 100.000 genes que a su vez contienen 100 millones de pares codificados, es decir 100 millones de informaciones.
Es la misma desde el inicio, no se agrega ningún dato en el resto de la vida.
El cigoto es la célula más especializada que existe en el mundo, Posee instrucciones especiales que subrayan qué segmentos del ADN deben expresarse, cuándo.
Cuatro prótidos: Adenina, Guanina, Citosina y Timina son los elementos constitutivos del ADN, que como "código de barras", constituye la información genética.
No sólo está escrito lo que constituye el mensaje genético, sino el modo en que debe leerse, una secuencia tras otra.
Hace 15 años en Inglaterra inventaron el neologismo de "preembrión", para designar al embrión en sus 14 primeros días de vida. Usándolo como eufemismo para minimizar o justificar el uso que se pueda hacer de los embriones humanos en sus primeros 15 días de vida.
Al abrir el Diccionario de la Lengua Española, Vigésima Primera Edición, encontramos:
"embrión. En la especie humana, producto de la concepción hasta fines del tercer mes de embarazo."
No necesitamos ninguna subclase a la que llamar "preembrión", porque no hay nada antes que el embrión, salvo el espermatozoide y el óvulo.
Cuatro argumentos han dado para el uso de este concepto: la pluripotencialidad celular, posbile divisibilidad por gemelaridad, la falta de implantación y carencia de sistema nervioso.
Pluripotencialidad. No puede decirse que la primera célula es una célula indiferenciada. Debe decirse que la primera célula sabe cómo diferenciar su progenie, su descendencia celular. Y si esta primera célula es humana: es un ser humano.
Divisibilidad. No es lo mismo individualidad que indivisibilidad. El que en una determinada época de su evolución biológica un ser vivo pueda ser divisible no invalida su carácter de individuo único.
El ser humano, hasta el día 12 o 14 de su evolución es individual, pero divisible, después es indivisible.
Implantación. La implantación ocurre como al octavo día. Las técnicas de criconservación de embriones, muestran que la ausencia de implantación, no es un impedimento para la supervivencia.
Sistema Nervioso. La línea primitiva aparece como a los 14 días, pero desde el inicio tiene la información de cómo y cuándo estará constiuido. El actuar sigue al ser. Ejecute o no sus acciones, la realidad humana es como realidad algo formalmente anterior a la ejecución. Ejemplo, el hombre mientras duerme no ejecuta el razocinio, eso no hace que deje de ser racional.
En lugar de reconocer la dignidad humana desde el comienzo de la vida, algunos abogan por una espera, tanto más larga, según sus intensiones.
Que extraña miopía, con una sola de sus células, son capaces de descubrir si es masculinio o feminino, pero rechazan reconocer su humanidad.
El cigoto es la célula más sabia, en cada división se pierde un poco de la información original. En genética no se aprende se olvida.
No es lo material lo que hace que cada uno de los que estamos en esta sala sea la misma persona que era hace 10 años o hace 70 años. Los gases cambian minuto a minuto, los líquidos día a día y hasta los sólidos, hoy soy parte de los frijoles que comí ayer. Somos la misma persona por el sello impuesto por nuestro genoma desde el instante de nuestra concepción.
La vida humana, es la misma desde el momento de la concepción, hasta la muerte natural.
Cada uno de los presentes podrá valorar ¿si alguna razón para respetar menos a un ser humano en el inicio de su vida o al que el que les habla?: por la edad (3 horas ó 72 años), por la estatura (0.15 mm. ó 1.72 m.), por el peso (0.0000034 mg. ó 64 Kg.) o por el número de células (una ó 6 billones). En resumen: ¿si valemos por lo que somos o por lo que tenemos?. Por nuestro valor ontológico.
El ser humano "es". Por esencia y por existencia.
El concebido es "ese" no "eso". Es "alguien" no "algo". Es un "sujeto" no "un objeto". Es una "persona" no una "cosa".
La relación "yo-tú" es sentir en el otro alguien de absolutamente igual valor que yo, al mismo nivel.
A diferencia del "yo ello", cuando lo veo como un objeto inferior.
El "yo-tú" es sentir en el otro un sujeto, al que debo servir.
El "yo-ello" considerar lo otro como un objeto del que me puedo servir.
"Yo-tú" es la relación que debemos tener con todos y cada uno de los seres humanos. No hablando en abstracto de "la humanidad", sino con cada persona individualmente, desde el momento de la concepción.
El concebido tiene derecho a la vida y al respeto a su dignidad. Este derecho podrá ser reconocido por el legislador. No puede ser concedido por éste, ya que le pertenece por ley natural, que es previa a cualquier legislación civil.
Hernán Collado M.
II Congreso Nacional de Bioética
Guanajuato, México, 25 al 28 de noviembre de 1998.