Por la Señal de la Santa Cruz…
Acto de Contrición:
Pésame, Dios mío,
y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido.
Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí;
pero mucho más me pesa,
porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.
Antes querría haber muerto que haberos ofendido,
y propongo firmemente no pecar más,
y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Octavo Día:
"Bienaventurados los que lloran", dijo Jesús en la tierra, a orillas del lago, y una turba de enfermos, tullidos, pobres y pecadores le seguían. Y yo creo que al posar en Jesús los ojos, teñidos antes por el llanto, ahora reían gozosos y bendecían sus lacras y sus miserias, que era lo que les unía a Jesús. Y Jesús curaba, y Jesús consolaba, y Jesús, el tierno Jesús, perdonaba.
La escena se repite; sólo que Jesús no está en persona en el lago Tiberíades, Jesús está en el Sagrario. Allí recibe a sus amigos, allí los consuela, los cura y los perdona. ¡Qué intimidad tan grande la de Jesús con los que lloran! ¡Benditas lágrimas, penas y enfermedades, que son nuestro tesoro!
¡Qué bueno y qué grande es Dios, que nos ofrece el corazón de María como si fuese el suyo! ¡Qué bien conoce nuestra miserias que nos pone ese puente... que es María!
Oración Final:
Señor Omnipotente, que glorificas a los humildes y abates a los soberbios, te suplicamos por la gloria de tu Santo Nombre ensalces la memoria de tu Siervo Rafael, concediéndonos la gracia que te pedimos por intercesión del mismo, que vivió y murió para glorificarte a Ti, Señor, que con el Hijo y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria, Credo y Salve.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo