Por Fernando Larraz Torres
Un nuevo frente se abre contra el más fundamental derecho del ser humano, y lo hace de nuevo contra los débiles, contra los que postrados a causa de vejez o enfermedad no pueden defenderse: se trata de la legalización de la eutanasia.
Es la pata que le faltaba a la mesa en materia de atentados contra la vida que se practican en España, y se unirá al aborto y a la manipulación de embriones, para poder eliminar, por este orden, al que molestaría por su nacimiento y al que molesta por su presencia; ello, junto al supermercado de carne que supone la manipulación de óvulos fecundados, o sea de seres humanos.
Frente a la eutanasia no caben más argumentos que el “No matarás“, pues estamos hablando de quitar la vida a un ser humano, y éso, en castellano antiguo, se llama matar. Sorprende, una vez más, el recurso eufemístico al hablar de esta cuestión, al igual que en el aborto al que se denomina “ interrupción voluntaria del embarazo “, para que nuestra conciencia no se sobresalte ni se hieran nuestros oídos.
Y como la reforma legislativa ha de llevarse a cabo con el mayor “ consenso “ posible, entendiendo por tal el acuerdo de todos los que piensan como el que legisla, nada mejor que encabezar la ofensiva con una película, “Mar adentro”, producida por Sogecine, filial de Sogecable, en fin, por Jesús Polanco ..., que, en su puesta en escena, ha recibido todo el apoyo del Ejecutivo español.
Atendiendo a la parcela de administración de cada uno de los miembros del Gobierno que acudieron al estreno de la misma, vemos que la asistencia al evento estuvo minuciosamente planificada: A la cabeza de todos ellos, no podía ser menos, el paladín de “las libertades“ en España, ZP, apoyando, según declaraciones suyas, el cine español, suponemos que en deuda de gratitud por la ayuda que el mismo le prestó, saliéndose de tiesto y con la madre del protagonista de la película como directora de orquesta, en su campaña de “no a la guerra”. Apoyo que se extenderá, sin duda, hasta la próxima entrega de los Premios Goya, en los que la película en cuestión arrasará.
A continuación, en su condición de católico descafeinado, José Bono. Su presencia es la más indignante para los creyentes, puesto que siempre alardea de sus convicciones e induce a confusión a gentes de buena fe pero con escasa formación, que pueden pensar que, si un católico está presente en el acontecimiento, la cosa no debe ser tan mala; creencias que no deben de ser tan profundas cuando forma parte de un órgano colegiado partidario del aborto, la eutanasia, la adopción por parejas homosexuales, el divorcio y otras lindezas cuya enumeración dejaría reducido el espacio de otras colaboraciones.
El resto de departamentos ministeriales que en su día tendrán algo que decir respecto a la legalización de la eutanasia también estuvieron presentes, y así se contó con la ministra de Sanidad, el de Trabajo y Asuntos Sociales, dado que, al más puro estilo hitleriano, se trata de aligerar carga de inútiles que no cotizan y sí causan prestaciones, el de Justicia, ya que habrá que dar tintes legales al asunto, y la ministra de Cultura, pues se trataba de un acto de la “ cultura del régimen “, con todos sus protagonistas presentes. Se echó en falta al titular de Economía y al de Industria, pero es que no les debe de gustar mucho el cine, o a lo mejor les van más las americanas...
El primer paso ya está dado; repiquetea la publicidad de la película con unas bonitas imágenes que esconden la realidad de la muerte de Ramón Sampedro, y que tienden sin duda alguna a confundir a los indecisos, a los que “no saben / no contestan". La lucha va a ser desigual pero hay que plantearla, cada uno en su entorno, en el trabajo, entre los amigos, creando un estado de opinión que sea desfavorable a la muerte; nunca una guerra se ha ganado sin esfuerzo y ésta no podemos perderla.
Fernando Larraz Torres
Fuente: http://www.arbil.org/