Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido y propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.
Oración Inicial
¡Oh bendito José Sánchez del Río! Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día. A ti elevo mis débiles oraciones. Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo el ser socorrido en mis necesidades.
Primer Día
La Iglesia Considera mártires a los cristianos que han confirmado un hecho o una verdad con sufrimiento y muerte. Según esto, el martirio es la afirmación de la verdad de Cristo, que ha sido sellada con la muerte corporal. La Iglesia, desde el principio, sabe que el martirio es un bautismo de sangre, que produce la total purificación del pecado y la perfecta santidad.
El Santo mártir José Sánchez del Río, desde pequeño tuvo la convicción de la existencia de Dios. Ya que sus padres se preocuparon por cultivarle la fe, llevándolo a la Parroquia de Santiago Apóstol, donde recibió el Bautismo, a celebrar la santa Eucaristía, a rezar el rosario a María Santísima y al catecismo. Ahí mismo recibió el sacramento de la Confirmación e hizo su primera comunión. ¿Cómo no defender esa hermosa Verdad que lleva al hombre a la santidad? Cuando empezó la “guerra cristera” – 1926 al 29 – estaba en plena adolescencia. En su vida de adolescente buscó un ideal y lo encontró en Cristo. Oyó en su interior la invitación de Jesús: “Sígueme” ¿el Camino? ¿El Martirio?. Lo empezó a concretizar en la frase repetida incansantemente: “Ahora es tan fácil ganarse el cielo.
Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.
Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma; también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica, porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos. Permíteme ser fuerte como José Sánchez del Río, y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Santo José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)
Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos, la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno, infinita mente poderoso y fiel a tus promesas. Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido, para que como José Sánchez del Río, vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Santo José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)
Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas, porque eres infinitamente bueno y amable; amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor. Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti, como la dio José Sánchez del Río, para que ardiendo en tu amor, pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Santo José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)
Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio, al Santo José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre la fe en Cristo Rey del Universo. Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él: fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.