En este reportaje especial de tres partes, se ha estudiado primero, la ubicación de las emisoras de onda corta católicas, los lugares o regiones donde no hay un servicio de onda corta católica, y en la tercera y última parte, lo que se dice reemplazaría a la onda corta, es decir, radiodifusión por satélite e Internet.
Muchos críticos de onda corta han cuestionado su vigencia argumentado que la onda corta como instrumento de comunicación internacional está en decadencia y camino a la extinción.
¿Pero es verdad? Existe, por supuesto, evidencia para respaldar tal conclusión: hay muchas emisoras que han cerrado, y también, algunas emisoras han sufrido recortes en las horas de transmisión y en los lenguajes de transmisión, especialmente de las pequeñas y remotas naciones. Hace algunas décadas, las naciones europeas constituyeron emisoras en onda corta para ofrecer su servicio local las 24 horas al día. Ahora, muchas de estas frecuencias están vacantes. Otras emisoras gubernamentales alquilan a estas frecuencias y los excesos de sus transmisores a los grupos religiosos, particularmente estadounidenses. La onda corta europea está retrocediendo. Por lo menos, eso es lo que informan varios reportajes publicados en revistas, diarios e Internet.
Sin embargo, la audiencia de onda corta es todavía muy fuerte en África y Asia, según señalan las investigaciones de la "BBC" de Londres y "La Voz" de los Estado Unidos. En este sentido, hay quienes señalan que la sintonía es alta ya que estos continentes pertenecen al Tercer Mundo; pero, contrarrestando este argumento, los críticos señalan que América Latina también forma parte del Tercer Mundo y en los último años esta región ha perdido una cantidad considerable de oyentes en onda corta, que ha sido inversamente proporcional al crecimiento de las emisoras locales en AM y FM.
Por ejemplo, hace algunos años, la emisora protestante norteamericana "Trans-Mundial", cadena radial dueña de varias estaciones en onda corta alrededor del mundo, sacó del aire a su emisora en onda corta PJB en Bonaire, Antillas Holandesas. En vez de esto, concentró su atención en su emisora de onda media, PJB 800 AM, una gigante que abarca el Caribe y el norte de Sudamérica, y en sus transmisiones satélites.
Asimismo, La Voz de los Estados Unidos redujo su servicio de onda corta en español a Latinoamérica a unas horas de transmisión diaria. Su canal por satélite, sin embargo, sigue difundiendo las 24 horas del día, y cualquiera emisora latinoamericana puede usar sus programas.
Radio Francia Internacional también redujo su servicio en inglés a los Estados Unidos, y en una oportunidad, sacó del aire el servicio ante los pocos oyentes que habían.
Varios países que se conocen como "Segundo Mundo" han sacado del aire sus servicios informativos que lo transmitían a distintas partes del mundo, incluyendo América Latina; o han reducido las horas de transmisión. Recientemente, las adventistas del Séptimo Día, que operan varias estaciones de onda corta alrededor del mundo, cerraron su emisora de onda corta en Costa Rica, TIAWR, después de una década de transmisión.
La transmisión de programas por satélite
La transmisión por satélite y el Internet han reemplazado en los países desarrollados a las emisoras de onda corta. Este es el segundo argumento fuerte que señalan los críticos. Sin embargo, es necesario observar con detenimiento como es la difusión por satélite.
Es cierto que más emisoras dirigen sus programas hacia los satélites, que difunden una señala nítida, con una excepcional claridad, ausencia de ruido y sonido estereofónico, el cual no es disponible en la onda corta. Pero, ¿quién escucha esta señal? En los Estados Unidos, es todavía limitado la tenencia por parte de las familias de antenas satelitales en sus hogares por lo que la penetración de la difusión por satélite se efectúa en pocos mercados; quizás no llegue todavía a un 20% del total.
La televisión de cable sigue siendo el líder; y además, las familias norteamericanas dueñas de antenas satelitales utilizan este aparato para la televisión, no para la radio por lo que los oyentes de señales de radio desde el satélite son muy pocos.
Existen algunos radiodifusores católicos que están ofreciendo sus programas por medio del satélite; otras emisoras transmiten su programación local a los expatriados; otros a las audiencias nacionales o internacionales. Aparentemente hay pocos oyentes para satélite en los países ricos, por lo que no sería improbable esperar muchos oyentes en las áreas rurales; entre los campesinos y agricultores cuyos ingresos económicos son bajos que no les alcanzaría para adquirir un sistema por satélite.
En este sentido, Hermod Pedersen, un oyente experto de onda corta y que siempre está en contacto con los oyentes de onda corta internacional, señaló que son muy pocos los oyentes que escuchan regularmente algún servicio informativo por satélite. "Estos oyentes escuchan el servicio en sus emisoras locales de FM o a través del cable", agregó Pedersen.
Ahora bien, el uso del satélite para enlazar una red de emisoras es un tema completamente diferente; por supuesto, los beneficios son mayores en cuanto a costo y tiempo de transmisión. Las emisoras locales dueñas de receptores de satélite retransmiten la programación de satélite en su frecuencia local de onda media, onda corta, o FM.
El problema está en que el radiodifusor internacional que desea ofrecer su programación por satélite depende de la emisora local quien adquiere los programas de mayor interés y no siempre en tiempos fijos. Es muy probable que la emisora local tomará tal programación cuando ésta sea muy costosa o difícil de producirla por sí mismos. Por ejemplo, un noticiero con corresponsales en el extranjero, o cuando no hay un locutor local.
Lo que es verdaderamente notable en todo este asunto de que la "radio satelital es la radio del futuro" es que hay algo que indica que es cierto. Hoy en día, aquel que transmite por satélite le pide a sus oyentes que paguen por lo que ellos estaban acostumbrados a recibir gratis a través de la onda corta. Pagarán además por la compra del equipo o por la suscripción al sistema de cable local.
¿Por qué, entonces, todo el zumbido? Porque los negocios prosperan considerablemente si es que encuentran nuevos deseos o necesidades que satisfacer en los consumidores, particularmente en las sociedades post-industriales, en la cuales hay un exceso de producción. Los empresarios vincualados al negocio tecnológico, quienes siempre están a la caza de nuevos mercados, tienen que convencer a todos que en las nuevas tecnologías está el futuro. Además, hay una concepción cultural muy fuerte en las sociedades norteamericanas y europeas: "todo cambio es progreso".
Por ello, con frecuencia escuchamos por la televisión o la radio que es necesario un nuevo y más potente ordenador, con más capacidad de memoria y programas más sofisticados, a pesar que los consumidores están más que satisfechos con el ordenador que tienen.
No siempre los asombrosos productos que la tecnología nos provee es símbolo de progreso. Sin embargo, la gran mayoría no piensa de esa manera; por el contrario, sería una herejía no aceptar que todo cambio es para bien. Sin duda los hucksters han hecho bien su trabajo.
Hace cuatro años, Radio Vaticano empezó a difundir por satélite; pero, el Vaticano ha anunciado que mantendrá su servicio en onda corta de manera que personas de bajos recursos puedan acceder a su servicio informativo en aras de continuar con la misión evangelizadora de los pueblos. La Madre Angélica, por su parte, señaló lo mismo con respecto a WEWN Radio Católica Mundial. "Me intriga la respuesta que está obteniendo la transmisión satelital. Pero considero que los pobres aún continúan utilizando la onda corta y la seguirán usando por mucho tiempo más", agregó.
Los críticos señalan entonces que es muy diferente la difusión de sonido por Internet.
El descenso de la onda corta y el ascenso de Internet
Hermod Pederson, lector de Radio Católica al Día, es un experto internacionalmente en la comunidad de escuchadores y expertos de la onda corta. Tiene muchos conocimientos sobre el medio, sobre sus emisoras y tendencias. Hasta hace poco, operó un website sobre el DXismo y la onda corta, Nordic DX Center. Es especialista en la onda corta latinoamericana en particular.
Después del fin de la guerra fría, hubo un exceso de transmisores y horas de transmisión en onda corta, no sólo en la Unión Soviética y sus aliados, sino también en países vinculados económicamente con Estados Unidos.
En el continente africano, se abren las oportunidades para la onda corta en Sudáfrica; en Asia, en muchas regiones que pertenecía a la ex república soviética, y en Europa en las emisoras de Radio Europa Libre y Radio Libertad. No se presentó ninguna oportunidad para la onda corta en Latinoamérica, por lo menos yo lo desconocía.
Considero que esta situación dio pie a que diversos grupos religiosos comprasen "las horas" de transmisión a los antiguos transmisores de propaganda. Recuerdo, por ejemplo, ciertas discusiones que surgieron en torno a algunas transmisiones vinculadas a "Canal Africa" (el servicio internacional del gobierno sudafricano). Puede ser, claro está, un intento de descubrir nuevos sitios, luego del tumulto y el terror en países como Liberia, Ruanda y Burundi.
El enfoque hoy en día en fuentes de alta tecnología -léase Internet- es un indicio de que los costos todavía son muy altos para ser afrontados por el consumidor común, y permanecerá así en un futuro no muy lejano. La difusión por Internet exige mucho dinero desde el punto de vista del consumidor: se necesita un ordenador, acceso a Internet por teléfono, dinero para pagar las cuentas telefónicas mensuales y un buen conocimiento de los ordenadores y el inglés.
Con la tecnología de hoy, la radio en Internet está muy limitado. Pero con un ancho de banda mucho más grande y mejores sistemas móviles, el consumidor podría tener un posibilidad mucho más real. Los teléfonos celulares rápidamente se están convirtiendo en pequeños ordenadores (tecnología WAP). Cuando los celulares alcancen un ancho de banda suficiente, se abre un abanico de posibilidades podría ofrecer un celular -ya sea para navegar en Internet, para escuchar las noticias de la radio, entre otros. En definitiva, la tecnología WAP podría revolucionar a los países del primer mundo.
Sin embargo, para el Tercer Mundo enfrenta un gran obstáculo para acceder a este tipo de tecnología: el precio, pues esta los costos no serán baratos, mientras que por otro lado, la transmisión en onda corta ha probado a lo largo de todos los años de su existencia que sus costos son muy económicos sin perjudicar su eficiencia y alcance.
¿Porque entonces eliminar la onda corta? Porque muchas emisoras públicas nacionales, que son comunes en Europa, han sido víctimas de un recorte en sus fondos y paralelamente, sus oyentes exigen un mejor servicio. Para seguir funcionado, deben eliminar gastos particulares o ahorrar de alguna forma o en algún lado. ¿Por qué entonces no eliminan los gastos de sus emisoras internacionales de onda corta con sus programas extranjeros? La respuesta es sencilla: los oyentes afectados serían los extranjeros y desgraciadamente ellos no votan en las elecciones nacionales.
Frente a esto, los radiodifusores se ven obligados a sacar del aire su señal en onda corta, que requiere mucha electricidad, y por ende, representa un costo muy elevado, y se mudan a la Internet, donde es más barato. De esta forma, continúan produciendo su servicio de noticias o cualquiera que sea y se acoplan al auge tecnológico de Internet. A sus oyentes les comunican que el dinero ahorrado por utilizan un medio mucho más económico lo invertirán en producir programas de mayor calidad. Suena fabuloso, pero ¿qué pasa cuando hay se necesita ahorrar aún más dinero, y entonces se tienen que eliminar también el servicio radial en Internet, (que no lo escucha nadie porque nadie tiene acceso a esta tecnología)? Los radiodifusores ser verán forzados a concluir que ante la baja audiencia entre los internautas, es mejor no continuar con el servicio y sería más rentable utilizar el dinero donde si tenemos audiencia.
¿Por qué cortar la ayuda a la onda corta? Porque los gobiernos desean establecer nuevas ideas y conceptos en casa: no a la libertad del acceso a la información para los pobres del otro lado del mundo. "Si nosotros hemos ganado la guerra fría, ¿por qué tenemos que seguir pagando estas grandes cuentas para la libertad?
Los gobiernos se muestran reacios a seguir ayudando a las ondas cortas ante la imposibilidad de no intervenir en sus operaciones. La difusión cibernética, de emisoras y televisores por satélite están sujetas a la interferencia y control gubernamental, lo cual implica altas ganancias para el gobierno, y sobre todo, ostentación del poder. Acordémonos que la información constituye un elemento importante y crucial para todo aquél que desee encaminarse y perpetuarse en el poder político, pudiendo surgir estados totalitarios y dictatoriales.
"De acuerdo, si se levantan nuevos estados totalitarios, entonces también es factible construir nuevos transmisores", argumentan los críticos. Pero, ¿qué pasará si por entonces mucha gente ha apagado sus receptores de onda corta? receptores, a propósito, que han proliferado más que nunca en las dos últimas décadas. La tecnología hizo la posibilidad de fabricar buenos y baratos receptores de onda corta. Para reconstruir la gran audiencia de emisoras de onda corta, se necesita mucho tiempo. El mundo desarrollado piensa únicamente en destruir todo esto pagando el alto precio de dejar al Tercer Mundo atrás, sin posibilidad a acceder a la información, y desafortunadamente, esta no es una decisión muy difícil para muchos.
Es factible que alguien tenga un punto de vista más optimista, y considera que la tecnología WAP puede ser tan barata que sea accesible para los países del Tercer Mundo, ganando un siglo de progreso en pocos años. No necesitará pasar por las distintas fases de complejo desarrollo que ha necesitado el mundo desarrollado. Puede ser; pero todo esto desemboca en una sola cosa: no es sólo el precio de las computadoras y de los teléfonos celulares los únicos gastos que afrontará el consumidor: las compañías cargarán a sus nuevos clientes el precio de su sofisticado y fantástico servicio. Precio que estoy seguro no será muy bajo.
En suma, con el desarrollo de Internet, todos aquellos que pueden afrontar sus costos y ganar un sabio manejo por la red, tendrán acceso a muchas emisoras nacionales. Eso, para ser honesto, es mucho mejor que tener aquellas emisoras internacionales gubernamentales de onda corta dándonos un punto de vista asimilado y gastado de lo que pasa actualmente en sus países. Por otro lado, la pérdida de servicios en onda corta que cubren extensos territorios constituye una verdadera amenaza a la democracia alrededor del mundo. Es mas fácil controlar una nación ignorante que una nación bien informada. La historia lo verifica todo el tiempo.
Entonces, ¿quién pagará por la democracia mundial? Por el momento, nadie. Los que todo el mundo pagó fue la cuenta de la dominación mundial durante las dos guerras mundiales y la Guerra Fría. Estas batallas, sin embargo, ya finalizaron, ¿por qué seguir, entonces, aceptando más cuentas?"