Se trata de una de las peregrinaciones más extremas realizadas en Chile, pasando por un camino pedregoso, cruzando un río a través de estrechos puentes de madera, caminando por angostas quebradas, extensas y áridas pampas, para llegar al Santuario de nuestra Señora del Rosario de Las Peñas en Arica, al norte del país.
Los fieles acuden cada año el primer domingo de octubre en la llamada "fiesta grande", y el 8 de diciembre, "fiesta chica", luego de recorrer un trayecto irregular de 20 kilómetros que suele durar cerca de 4 horas a pie, dependiendo del ritmo de caminata de cada persona.
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Posteriormente, luego de aproximadamente 2 horas de camino, se arriba al sector de Humagata, antiguo caserío colonial que posee una pequeña iglesia donde se resguarda la imagen de San Santiago. En esta zona, el camino es más accidentado y se caracteriza por el zigzagueo del sendero.
Un poco antes de llegar al santuario se arriba al Paso Caracol. Esta parte, denominada así por su evidente forma espiral, posee curvas muy cerradas, además de ser muy empinada y estrecha. Algunos hacen la ruta de noche con linternas para evitar el calor y generalmente van en grupos ya que es fácil perderse.
Hasta este lugar llegaron más de 50 mil personas, entre el viernes 30 de septiembre y el domingo 2 de octubre, junto a 25 cofradías de bailes provenientes de Chile y Perú para veneran la imagen de la Virgen María que se encuentra esculpida en la roca.
Los peregrinos no dejaron de bailar y cantar, acompañados de las bandas musicales que estuvieron en las afueras del templo durante todo el día y la noche.
En paralelo, se armó una larga fila de fieles a lo largo del poblado, que esperaron durante horas para poder saludar, tocar, agradecer, pedir favores y promesas a la imagen de la Virgen de las Peñas ubicada en el altar mayor.
Durante los días de fiesta se celebró la Misa de Vísperas en el Santuario acompañada de procesiones para finalizar con la tradicional Eucaristía presidida por Mons. Moisés Atisha, Obispo de Arica.
En su homilía, el Prelado motivó a los presentes a "forjar una fe sólida como una roca, roca de la cual se posó nuestra Madre entre peñas (rocas) y que desde ahí celebramos nuestra fe".
"Nuestra Virgen, nuestra Madre está en la roca, y mi fe también quiero que sea una roca", dijo a ACI Prensa Camila Gazale, peregrina en el Santuario.
Después de la celebración, y entre cantos de alegría, los bailes religiosos coronaron la imagen de la Virgen.
La Fiesta de la Virgen de las Peñas se desarrolla principalmente en el Santuario ubicado en la quebrada de Livílcar, a unos 95 kilómetros hacia el interior de Arica y a unos 1.300 metros de altura.
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- ACI Prensa (@aciprensa) January 9, 2016