¡Vamos, vamos chilenos, que la vida tenemos que cuidar! ¡La vida es un derecho, para el gobierno, un privilegio! Con estos cantos a todo pulmón más de ocho mil chilenos se manifestaron en contra del proyecto de despenalización del aborto en ese país: todos vestidos de rojo en alusión a la sangre derramada por tantos niños en el vientre materno.
Como una inmensa marea roja, el lunes 23 de marzo los asistentes se encontraron en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio de La Moneda, convocados por la organización Siempre por la Vida, en conjunto con una serie de otras iniciativas pro vida.
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También los acompañaron parlamentarios chilenos que se oponen al aborto junto al Rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, quien también se ha mostrado públicamente contrario al proyecto de Bachelet asegurando que en los centros de salud de dicha casa de estudios no se practicarán abortos.
En la oportunidad, Sánchez comentó al diario La Tercera "creemos que el primer derecho humano es el derecho a la vida y por lo tanto era importante para nosotros como universidad y para mí, en lo particular, como Rector, venir a apoyar la iniciativa. Creemos que este es el inicio de varias manifestaciones que se van a venir e invitamos a que en las próximas manifestaciones haya más gente que se una a esta defensa de la vida".
Rosario Lagos, coordinadora de Siempre por la Vida, dijo a ACI Prensa que "nosotros decidimos hacer una manifestación masiva, porque creemos que es necesario exigirle a la Presidenta que retire el proyecto de ley de aborto que está impulsando, porque intenta introducir el aborto libre en Chile, a través de las tres consabidas causales (por violación, por inviabilidad fetal y por riesgo de vida de la madre)".
Más de 8.000 personas llenaron la Plaza de la Constitución en apoyo de las madres y los niños que están por nacer #NoLosDejaremosSolos
Posted by Siempre por la Vida on Lunes, 23 de marzo de 2015
"Nosotros estamos seguros de que ésa no es la solución que necesitamos en Chile. Acá lo que necesitamos es acompañamiento y apoyo para todas esas madres que están teniendo un embarazo difícil", agregó.
Dentro de los asistentes, se encontraba un grupo de más de veinte estudiantes de medicina de la Universidad Católica. Clara Schulze explicó a ACI Prensa que "vinimos acá no sólo a defender la vida, sino que a exigirle al gobierno un programa de acompañamiento gratuito, para todas estas mujeres que en este momento se encuentran solas".
Schulze comentó que en Chile existen los profesionales adecuados, en la salud pública y privada, como para desarrollar programas de acompañamiento a lo largo de todo el país.
Elizabeth Bunster, directora de Proyecto Esperanza, institución que acompaña a las mujeres con embarazos vulnerables, dijo a ACI Prensa que "esto ha sido una fiesta por la vida y también un claro rechazo a la propuesta de ley de aborto. Es también un llamado a que la presidenta Bachelet elimine esa ley y más bien haga políticas de ayuda a las mujeres embarazadas en dificultades".
El caso de María José
En la marcha se encontraba Ximena Rivas, junto a su hija María José, de 12 años. Rivas conversó con ACI Prensa y contó la historia de la pequeña:
"Nos dijeron, a las 20 semanas, que venía con un daño neurológico severo y, efectivamente, a ella no se le terminó de desarrollar el cerebro. Éste sería claramente un caso de embarazo 'inviable' e 'incompatible con la vida'".
"Con mi marido quisimos seguir adelante. Yo tenía 20 semanas de embarazo y ésta era nuestra hija: yo ya la sentía, se movía, pateaba. Decidimos darle para adelante y, si es que nuestra hija se tenía que ir, que se fuera cuando le correspondiera nomás".
"Obviamente que fue difícil el embarazo, tanto física como emocionalmente; pero resistimos, y María José nació y sobrevivió. Y, en vez de estar cada vez peor, como vaticinaban los médicos, empezó a estar cada vez mejor. Y nos tiene fascinados, porque nos ha cambiado la vida. Nuestras prioridades han cambiado para siempre".
"Estos niños tienen derecho a vivir porque te cambian. Son un aporte enorme a la sociedad. Sin embargo, su crianza es difícil y el Estado debe hacerse cargo y apoyar a los padres. Mi marido y yo somos profesionales y hemos podido endeudarnos para seguir adelante con María José; pero hay otra gente que no tiene esas posibilidades y ahí debe entrar el Estado".
"Habiendo tan pocos casos como éstos, lo que tiene que hacer el Estado, en vez de ofrecer un aborto, es darles apoyo psicológico a la mujer y a la familia. Cuando uno está teniendo un embarazo de este tipo, lo que requiere es contención para seguir adelante y ayuda cuando nace el bebé; porque estos niños requieren de mucho apoyo médico. Es necesario que a quien cuida a estos niños se les reconozca su trabajo, con una pensión digna, del Estado".