El Monasterio de Santa Teresa y San José de Santa Fe en Argentina publicó una semblanza en video sobre la vida de la hermana Cecilia María de la Santa Faz, la carmelita que partió al cielo luego de una dura lucha contra el cáncer y cuyas fotografías fueron compartidas por millones de personas a través de las redes sociales.
"Fue una mujer normal pero con una profunda interioridad, que vivió su dolorosa enfermedad con una gran alegría. El secreto de su sonrisa es que ella se dejó amar sin resistencia por su esposo, Cristo, y por todos nosotros", expresó Madre María Magdalena de Jesús, Priora del monasterio de Santa Fe.
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La hermana Cecilia María nació el 5 de diciembre de 1973 en San Martín de los Andes, siendo la segunda de 10 hermanos. Desde muy niña amó la oración, ir al campo con su familia, divertirse sanamente con sus amigos y viajar.
Se graduó de enfermera y a los 26 años de edad, el 8 de diciembre de 1997, hizo sus primeros votos como carmelita descalza. "Fue el profundo anhelo de su corazón, de amar y ser amada, lo que la llevó al Carmelo para consagrarse totalmente a Cristo", dijo la superiora de la comunidad.
En las vísperas de su profesión perpetua, el 7 de junio del 2003, la hermana Cecilia María escribió dirigiéndose a ella misma: "Como la esposa es la alegría del esposo, tú serás la alegría de tu Dios, y tendrás a tu Dios por tu hermosura".
El 11 de diciembre del 2015 le diagnosticaron cáncer de lengua y al poco tiempo la enfermedad hizo metástasis pulmonar. Ante la terrible noticia escribió: "lo recibí con mucha paz y gozo, pero eso no era mío. Fue una gracia de Dios que me hizo decir las mismas palabras que San Pablo: 'ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí'. Lo que más tiene que importar es lo que Jesús quiere… y cómo lo quiere".
El tratamiento para combatir el cáncer se realizó en Buenos Aires y la carmelita fue hospedada en el Carmelo de Lisieux. El 21 de enero del 2015 le colocaron el botón de gastrostomía, y desde ese entonces no pudo volver a ingerir alimentos o tomar agua.
Casi concluyendo el tratamiento Cecilia María escribió: "en este momento estoy viviendo mi fragilidad de criatura al pie de la letra. No sé si lo hago con amor, lo vivo como puedo, no me revelo. En todo trato de decir gracias a Dios".
En otra ocasión expresó sentirse muy contenta: "uno se siente impresionada de la obra de Dios a través del sufrimiento y tantas personas que rezan por mí".
El 19 de marzo del 2015 regresó a su comunidad en Santa Fe, sin embargo, un mes y medio después su enfermedad recrudeció y viajó a la capital para continuar con el tratamiento. Después de nuevos análisis se determinó que solo podía elegir dos caminos: una cirugía mayor o cuidados paliativos.
"Lo que Jesús me pide son los paliativos. Esta nueva etapa será difícil. Ya empecé con morfina pero cuesta sobrellevar el dolor. Uno no puede ni pensar ni rezar, y ahí si necesito que recen por mí", escribió en aquel entonces la religiosa.
Fotografía tomada 13 días antes de su partida
Sus últimos momentos los compartió con su familia, el superior del Carmelo en Argentina y hermanas de varias comunidades. "Carmelitas, yo ofrecí todo esto por la unidad del Carmelo, especialmente en Argentina, por la unidad de la Iglesia y por el Papa. En mi corazón están todas, no falta ninguna ¡cuánto las amo!", escribió al poco tiempo de partir a la Casa del Padre.
En un trozo de papel colocó último deseo: "Estaba pensando cómo quería que fuera mi funeral. Primero poco de fuerte oración, y después una gran fiesta para todos. ¡No se olviden de rezar pero tampoco de celebrar!"
Su testimonio y las fotos de sus últimos días hablan por sí mismos y millones de personas compartieron en las redes sociales cómo la agonía de la hermana Cecilia tocó sus corazones.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 24 de junio de 2016