Uno de los exseminaristas víctima de abuso sexual cometido por el Obispo Emérito de Orán, Mons. Gustavo Zanchetta, el cual es identificado por las siglas "M.C.", habló por primera vez con la prensa y dio testimonio de su paso por el seminario y la manipulación que sufrió.
El pasado 4 de marzo la justicia argentina halló culpable al Obispo Zanchetta del delito de abuso sexual "en perjuicio de G.G. y de M.C"., y lo condenó a 4 años y medio de prisión efectiva.
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Al referirse a la vida de él y de sus compañeros en el seminario San Juan XXIII, se sinceró ante la entrevistadora del medio El Tribuno: "La verdad que la pasamos mal. Si bien entramos todos con la ilusión de ser sacerdotes, de servir a la gente en nombre de Dios, vivimos momentos muy duros, de mucha discriminación, de mucho maltrato y dolor porque la Iglesia intentaba ocultar todo lo que se vivía".
"Discriminación porque éramos negros y él (Zanchetta), venía de Buenos Aires, era un tipo blanco y nosotros éramos negritos del norte. Éramos para él prácticamente nada. Nos discriminaba también a compañeros por ser gordos, por estilo de vida, había gente ahí adentro que tenía 30 años y los trataba como un viejo que no servía para nada. En la denuncia están las cosas que vivimos", explicó M.C.
La víctima, hoy con 28 años, ingresó al seminario cuando tenía 19 y permaneció allí por 7 años bajo la supervisión de Zanchetta.
M.C. narró en la entrevista que, de a poco, se fue generando el escenario para que se cometieran los abusos sexuales, a partir de la manipulación de los jóvenes.
El exseminarista explica que Zanchetta tenía un "grupo selecto" de jóvenes a quienes les ofrecía "camperas, buzos, computadoras, dinero".
"Yo entre comillas pertenecí a ese grupo, pero no me quería dejar llevar por todo lo que él hacía. Sufrimos mucha manipulación, muchos vienen de familias humildes. Yo también vengo de una familia que a veces no tuvimos para comer y, con ese argumento, él manipulaba mucho. Te tocaba donde eras más frágil".
Según M.C. gran parte de la manipulación se debió a que Zanchetta presumía de su amistad con el Papa.
"Él siempre presumía de que era amigo del Papa, de que lo llamó el Papa o que lo llamó él y le contó de nosotros (…) Eso nos presionaba, ahí mostraba su autoritarismo y poder. Decía 'yo puedo cerrar el seminario', 'a mí no me contradigas porque soy el obispo'", narró.
M.C. aseguró que en ese momento no se "daba cuenta de lo que pasaba", pero cuando estaba cerca de salir del seminario comenzó a hablar con un sacerdote que lo ayudó a comprender lo que sucedía realmente.
"Ahí abro los ojos y me doy cuenta de todo lo que habíamos vivido. Estábamos muy manipulados, no llegábamos a entender la dimensión de todo lo que había hecho y cómo había comenzado su proceso, desde la más insignificante cosa hasta llegar a eso. No era fácil sacarlo, empujarlo", lamentó.
M.C. afirma que "al último, cuando ya estaba por salir, nuestra relación (con Zanchetta) era más agresiva".
"Cuando él se fue, conmigo no se fue bien y ahí comencé a abrir los ojos. Si bien seminaristas de ese momento que hoy son curas decían 'se va el obispo' y se ponían tristes, yo no sentía nada. Incluso él me preguntó cómo me sentía", dijo.
Y agregó: "Yo estaba en el seminario acá en Salta y llamó y dijo que, por temas de salud, se iba a Roma. Le dije que estaba tranquilo y se molestó porque quería que lo llore, yo no sentía que era un desapego afectivo. Ya veníamos sabiendo y viviendo lo que se había hecho con los curas, que se lo había denunciado canónicamente en la Nunciatura".
M.C. aseguró en la entrevista, con tristeza, que realmente quiso "ser cura, vivir una vida de celibato y entregarme a Dios". "Y se rompió mi sueño, esas ganas de postrarme y decirle 'aquí estoy Señor'. Hoy dudo de la Iglesia y de la existencia de Dios".
El exseminarista cuenta que pudo salir adelante con la ayuda de su familia al salir del seminario. "Decidí irme de Orán y buscar otros caminos. Decidí empezar desde cero aquí en Salta".
En el momento de hacer la denuncia, dijo que "no sabía si estaba haciendo lo correcto" pues había mucha "presión de afuera".
Aseguró que la fiscal del caso "fue un sostén muy fuerte, porque nos escuchó y nos hizo ver que esa era la verdad".
"Yo no tenía para pagar un abogado y no sabía qué abogado realmente se la iba a jugar en este caso, porque era plantársele a una autoridad de la Iglesia. Por eso realmente admiro la valentía de la fiscal (Soledad Filtrín Cuezzo) que se la jugó y nos defendió hasta el final", dijo.
M.C. contó que luego de la sentencia, él dijo: "Esta es una pequeña parte de todo lo que se vivió. Pero ahora sigue nuestro trabajo particular, de ir sanando esas heridas que quedarán para toda la vida y que cuesta mucho cerrar".
El juicio contra Zanchetta se inició el 21 de febrero y durante el mismo el Obispo negó los cargos de abuso sexual en su contra, mientras que las víctimas "ratificaron ante el Tribunal sus dichos formulados en la etapa de investigación señalando uno de ellos que el sacerdote le habría formulado 'propuestas amorosas' y requerido 'masajes'".
Originalmente el juicio estaba previsto para comenzar el 12 de octubre de 2021, pero se suspendió por la solicitud del defensor del Prelado, Enzo Gianotti, quien pidió a los jueces esperar los expedientes del proceso canónico que se le realiza a Mons. Zanchetta en el Vaticano.
En febrero de 2019, la Congregación para los Obispos encomendó al Arzobispo de Tucumán (Argentina), Mons. Carlos Alberto Sánchez, una investigación preliminar de las denuncias contra Mons. Zanchetta, acusado de abusos sexuales y de poder. Luego el caso pasó a la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de tratar estos casos.
El Papa Francisco aceptó la renuncia de Mons. Zanchetta al cargo de Obispo de Orán el 31 de julio de 2017.
Lo que dijo el Papa en 2019
En una entrevista concedida a la periodista mexicana de Televisa, Valentina Alazraki, en mayo de 2019, el Santo Padre se refirió al caso, incluidas las críticas recibidas por haber nombrado a Mons. Zanchetta como asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) en diciembre de 2017, cargo que mantuvo hasta octubre de 2021.
El Papa dijo que algunos calificaban al Obispo como "déspota, mandón, pues, manejo económico de las cosas no del todo claro parece, esto no está probado. Pero ciertamente que el clero se sentía no bien tratado por él", por lo que "hicieron como clero una denuncia a la Nunciatura".
En ese sentido, el Pontífice dijo que llamó a la Nunciatura y el Nuncio subrayó que "la denuncia es seria por maltrato, abuso de poder, podríamos decir, ¿no?"; por lo que envió a Mons. Zanchetta a España "para hacer un test psiquiátrico".
El Papa indicó que "el resultado del test era dentro de lo normal" y aconsejaron que reciba terapia una vez al mes en Madrid, por lo que Mons. Zanchetta no volvió a Argentina.
En cuanto a las críticas por los presuntos malos manejos financieros, el Papa dijo que "económicamente era desordenado, pero mal manejo económico no tuvo por las obras que ha hecho. Era desordenado, pero la visión era buena".
Francisco explicó que luego de recibir los resultados de la investigación preliminar que se hizo sobre el Obispo Zanchetta en 2019, "vi que era necesario hacer un juicio. Entonces lo pasé a la Congregación de la Doctrina de la Fe, donde están haciendo el juicio".
El Papa Francisco concluyó entonces: "En qué va a terminar el juicio, no sé, lo dejo en manos de ellos".
El Vaticano no ha dado a conocer los detalles del proceso canónico contra el Obispo Zanchetta y tampoco ha informado si este ha concluido.
El Vaticano hasta el momento no ha dado a conocer si habrá o no alguna declaración sobre la condena contra el Obispo Zanchetta.