Un grupo de vecinos repelió el ataque de más de 20 terroristas que el 1 de agosto irrumpieron en los alrededores de la casa de un sacerdote con la intención de matarlo.
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El P. Joseph Kato Kwasau, conocido por los fieles como "Big Joe", explicó a ACI Prensa que desde el incidente del 1 de agosto debió dejar su casa en la St. Luke's Parish Kasuwan Nagano, ubicada en la convulsionada zona de Kajuru, estado de Kaduna, región central de Nigeria. Actualmente se encuentra refugiado en un lugar seguro.
Ese día, explicó el sacerdote de 59 años, "estaba en la rectoría. Eran alrededor de las 12:20. Escuché ladrar a los perros y me levanté. Luego oí algunos disparos esporádicos y el hombre de la seguridad, que normalmente tiene algunas armas para defendernos en caso de cualquier ataque injusto, gritaba 'ladrones, ladrones. Que venga la gente a ayudar'".
"Pensé en ese momento que era mi turno. Yo estaba aún dentro de la casa y en realidad no sabía que estaba pasando afuera. Solo seguía escuchando a los perros que estaban en la entrada principal. Los terroristas no pudieron entrar por ahí y trataron de romper las ventanas para ingresar a la rectoría", prosiguió.
"Como no pudieron entrar, los vecinos vinieron en gran número y los terroristas se fueron", indicó el sacerdote a ACI Prensa. Dijo que en total fueron más de un centenar de personas las que acudieron en su ayuda.
Luego que los atacantes, en su mayoría musulmanes, huyeron del lugar prometiendo que volverían, el sacerdote salió de su casa. "Mis vecinos me dijeron que los terroristas habían llegado en un autobús. Eran más de 20 y estaban armados. Ellos mataron al hombre de seguridad", Samuel Jerome, de 38 años de edad.
El P. Kwasau señaló que los terroristas que atacaron su casa "son gente que va contra las normas de nuestra sociedad, gente que secuestra, que asesina".
"Lo que mis parroquianos me dijeron fue que ellos se distribuyeron alrededor de todo el complejo para repeler cualquier contraataque. Así que pensé que fue gracias a Dios que los terroristas no pudieron pasar por mi puerta. Intentaron entrar una y otra vez pero no pudieron hacerlo", subrayó.
Sobre las razones del ataque, el presbítero dijo a ACI Prensa que los terroristas "me quería matar para silenciarme porque, según ellos, soy el líder (político) de todos los jóvenes en este lugar, pero en realidad no lo soy".
El sacerdote, que sirve a unos 2.500 fieles en su parroquia y que fue ordenado hace 32 años, dijo que dejó su casa por seguridad pero no teme a los terroristas. "¡No tengo miedo! Estas son el tipo de cosas que llevaron a Jesús a morir en la cruz".
"Todo lo que puedo decir es que nuestro Dios está en su trono viendo todo lo que está pasando aquí. ¡Soy un testimonio viviente del Señor! Podrán matarme, pero no podrán comer mi cuerpo", concluyó.
La localidad de Kasuwan Magani ha sido el centro de la violencia entre los miembros de la etnia Adara, que son en su mayoría cristianos, y los fulani, en su mayoría musulmanes.
Ese 1 de agosto el P. Paul Offu, de la Diócesis de Enugu, fue asesinado presuntamente por miembros de los fulani.